Un parque para todos que nos una

SANTIAGO ZAMBRANO SIMMONDS

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Hace poco tuve la oportunidad de conocer el Parque Nacional del Café, el cual me dejó gratamente impresionado por las más de 40 atracciones entre mecánicas, acuáticas y temáticas; por su desarrollo arquitectónico y paisajístico que no tiene nada que envidiar a los parques de la Florida; pero lo que más me dejó deslumbrado es que hayan podido lograr a través de la diversión moderna, transmitir una identidad en la cual los propios se sienten orgullosos por el legado de sus ancestros y los foráneos simplemente admiramos con cierta envidia. Con seguridad cualquier paisa que conoce dicho parque sale lleno de orgullo de su cultura y se siente parte de algo, asunto que es de gran importancia para la vida y para los pueblos.

Después de disfrutar las variadas atracciones mecánicas y de caminar por bellos senderos, hay un show donde se hace una representación de la historia del café en Colombia resaltando la integralidad de su producción desde la colonización, la preparación de la tierra, la comercialización y la exportación; y en toda esa cadena le dan importancia a los grupos humanos que participaron, mestizos, indígenas y afros. Como nota aparte me llamó la atención saber que en dicho show afirman que la primera semilla de café llegó a Colombia a la ciudad de Popayán pero ese es otro tema.

Pues bien de regreso me vine pensando la razón porqué en el Cauca, que lo tenemos todo, no podemos crear atracciones turísticas de semejante envergadura que no solo sirvan como tal, sino que contribuyan a generar esa cohesión social que con tanta urgencia necesitamos, esos propósitos comunes que debemos encontrar.

Entonces se me ocurrió que es la misma historia, nuestra historia bien contada la que puede contribuir a que nosotros nos podamos encontrar en vez de continuar desdeñándola, pero ¿cuál es el denominador común que nos podría unir? Pues es precisamente ese pensamiento libertario que algún día tuvimos y la rebeldía. Hagamos de algo que hemos construido, a veces perjudicándonos nosotros mismos, una atracción turística, se me vino a la cabeza que hay mucho de que sentirnos orgullosos desde Camilo Torres a Tomás Cipriano de Mosquera con su pensamiento federalista; desde Juan Tama pasando por José Hilario López hasta Quintín Lame por la libertad de las minorías; desde los mártires de la independencia hasta los de la Guerra de los Mil Días.

Puede que nosotros después de perder la guerra no seamos los grandes protagonistas de la historia pero al igual que los paisas quienes ya no son los mayores productores de café, hay un legado de nuestros ancestros del cual debemos sentirnos muy orgullosos.

Días después tuve la oportunidad de hablar con el arquitecto Alonso Monteros quien me contó que desde hace varios años tiene la propuesta del “Parque de la Historia” proyecto que ha adelantado bastante en cuanto a su costeo, extensión y que comprende un “parque temático donde se recreará la historia de Colombia desde lo precolombino hasta nuestros días a través de un recorrido por treinta estaciones en cada una de las cuales se escenificará un suceso histórico relevante y se correlacionará con el momento que pasaba el mundo en ese instante”, más aún él arquitecto me manifestó y coincidimos que Popayán debería pensar, ante tanta escasez de sitios de recreación en un parque público de gran extensión y que el “Parque de la Historia” estuviera inmerso en éste gran parque.

Me afirmó con razón que increíblemente después de más de 480 años de fundación la ciudad no tiene sino el Parque Caldas para el disfrute de la gente, Popayán debería tener un gran parque al estilo el “Central Park” en Nueva York, el “Bois de Boulogne” de Paris, el “Hyde Park” del Londres o el Parque Simón Bolívar de Bogotá.

Pues bien si ésta idea la hacemos un propósito común, por ejemplo 70 hectáreas al otro lado del río Cauca pueden costar 49.000 millones y según el IGAC en Popayán hay 118.610 predios lo que equivaldría que cada predio tendría que aportar en promedio la suma de $413.118, ahora bien de esa extensión se le entregaría en arriendo 14 hectáreas a la empresa de economía mixta para que construya el “Parque de la Historia”.

Reconozco que todas estas ideas pueden parecer irrealizables pero es responsable pensar en las generaciones venideras para que ellos más limpios y sin tanto rencor reconstruyan esa gran tierra que fue el Cauca pero para eso hay que empezar a pensar en cosas diferentes, en proyectos donde todos estemos incluidos eso sí sin afanes, pues a fin de cuentas a Nueva York le tomó 30 años, a Paris 77 y a Bogotá solo 11 pues le regalaron el terreno.