Un Ave dron conversa con Lucía Topolansky

08:59 am 14-octubre

Página de la tertulia Gloria Cepeda Vergas

“Pobres no son los que tienen poco, son los que quieren mucho”

                Pepe Mujica

En línea con la página de septiembre escrita sobre mujer y política, decidimos desde Popayán enviar un dron robótico, que llamaremos Ave, a la chacra de Lucía Topolansky, ex guerrillera del Movimiento Tupamaros, senadora y actual vicepresidente uruguaya, poco conocida en el exterior y muy reconocida en su país. Es admirada por sus propuestas legislativas, por moverse entre la sencillez, el pensamiento profundo y la coherencia política. 

Con voz propia que imita la de un robot humanoide del Sur, Ave saluda a Lucía que en la chacra secaba ropa que acaba de lavar. Ave entrega una docena de empanadas de pipián, una caja de aplanchados y mantecadas de yuca; Lucía asombrada agradece y pregunta: ¿De parte de quién?, de unas caucanas que les da por escribir sobre mujeres destacadas, responde Ave. ¡Mmm…, gracias, muchas gracias!

Ahora sí, a lo que vine, dijo Ave: ¿Dónde naciste Lucía, y por qué te dio por ser guerrillera? Este…bueno…, nací en Montevideo el 25 de septiembre de 1944, ¿de familia rica, no?, interrumpe Ave. Sí, pero mi conciencia social y política se sacude al visitar barrios de invasión en Montevideo cuando estudiaba arquitectura.  No me gradué porque entonces corrían vientos revolucionarios por todo el continente y Uruguay ventiscas recibió. Se funda el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, al que me vinculé junto a mi hermana melliza María Elia en 1967.

¿Eras muy combativa, y te encarcelaron?, preguntó Ave. Me apresaron en dos oportunidades. De la primera escapé,  pero en 1972 año letal para la organización, me encarcelan durante 13 años. Tras la caída de la dictadura y gracias a la exigencia del pueblo, el Parlamento sacó una Ley de Amnistía para los presos. Salimos en libertad en 1985, y fundamos el Movimiento de Participación Popular – MPP, partido de diferentes tendencias de izquierda.

¿Cómo es que una exguerrillera llega a la vicepresidencia de Uruguay? Por elección popular, contestó Lucía, en lucha intensa, casi a codazos. ¿En tu partido también fue a codazos? Este…, pues… mirá que desde niña oí a mi abuela y a mi madre hablar de la importancia de la participación de la mujer, es natural para mí intervenir, y los compañeros entendieron. Lucía continuó: la persistencia rompe la roca, he sido edil, diputada y senadora. En 2009 fui la senadora más votada del país junto a mi partido también el más votado. Razón por la que presido el Senado.

¿Es cierto que en 2017 ibas a retirarte del Senado? Si, cursaba mi solicitud de jubilación, pero ocurrió que el vicepresidente de Uruguay Raúl Sendic presenta su renuncia, y por ley me correspondía ocupar ese cargo; yo no me acoquiné ante tal reto, y lo haré hasta 2019.

Alguien opinó que tu marido el expresidente Pepe Mujica es un Quijote, ¿qué contestas?, Lucía sonriente dice: ¡sí, pero todo Quijote tiene su Sancho al lado! ¿Es verdad que cocinas guisado de fríjoles con cerdo? De cuando en vez saco tiempo. ¿No tienes empleada en casa? No, porque en Uruguay la mayoría no tiene y con El Pepe vivimos como la mayoría.

¿Cómo hiciste con Pepe en 46 años de convivir? Nos repartimos tareas, pero también vemos fútbol juntos, charlamos, vamos al boliche, somos amigos. ¿Es cierto que son como de cuento? ¿Por qué lo decís?, preguntó Lucía. Porque en 2005, tú a los 60 años y él con 70,  deciden casarse. Ahh sí, pero sin pompa alguna…, Pepe dijo que nos casáramos en la cocina de la casa, y el notario allí nos casó.

Ave, entre gris y colorada por las lucecitas intermitentes, se despide y elevándose suelta besos de robot a la primera mujer vicepresidente de Uruguay. Desde las afueras de Montevideo ve la chacra con cultivos de flores mientras penetra un túnel nuboso de regreso a Popayán.