Tu idioma es tu sello

FERNEY MENESES

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El anterior miércoles 23 de abril, se celebró el Día del Idioma. En esta fecha, Hispanoamérica conmemoró la muerte del gran escritor español Miguel de Cervantes Saavedra ocurrida el 23 de abril de 1616. Triste coincidencia que Gabriel García Márquez también se haya ido en el mes abril. A propósito, el Día del Idioma se instituyó en Colombia durante el gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo en 1938, mediante Decreto Número 707 de dicho año. En esta celebración, el protagonista es realmente el idioma o lengua española.

Por otra parte, el pasado 21 de febrero, pasó casi desapercibida otra celebración en Colombia y el mundo: el Día internacional de la Lengua Materna y de las Lenguas Nativas, fecha proclamada por la Unesco hace casi diez años. Recordemos que el idioma o lengua materna es la primera lengua o idioma que aprende una persona o la lengua con que una persona nace y piensa. La lengua la puede adquirir a través de la mamá o porque se la enseñaron (adquirida).

Respecto a la lengua, se puede resaltar que su adquisición puede ser de forma natural (interacción con el entorno), es decir, no necesariamente media la intervención pedagógica de otros. Ubicándonos en Colombia, los estudios del Cela evidencian que el país cuenta con 66 lenguas indígenas clasificadas y 7 en observación. Adicionalmente, hay tres lenguas aborígenes que también se hablan en nuestro país: el Creole de los raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; el Palenque de los afrocolombianos de San Basilio de Palenque en el departamento de Bolívar y el Romanés del pueblo Rom o gitano.

Los idiomas o lenguas se clasifican por familias lingüísticas y sobresalen en nuestro territorio las familias Arauak, Bora, Caribe, Chibcha, Chocó, Guahibo, Marú, Saliba, Quechua, Tupi, Criollos, Witoto y Tukano. Mientras que, hay unas independientes como el Guambiano o Namtrik, el Nasa o Páez, Andoke, Tinigua, Yagua, Cofan, Kanentsá, Awa-kuaiquer y Yaruro (la amenaza de extinción de algunas es inminente). En este contexto, los cabildos indígenas deben invertir urgentemente cuantiosos recursos económicos en investigación y recuperación de sus lenguas, dejando de lado los trillados y consabidos discursos que sólo hacen que el gobierno les regale dinero para despilfarrarlo.

Ante el postmodernismo y relativización de todo, procuremos que la lengua materna no muera, ya que la muerte de ella arrastra también toda una estructura de pensamiento que golpea contundentemente la identidad cultural de un pueblo. Por eso, háblela, escríbala y defiéndala.

Finalizo recalcando que, el principal y más genuino sello de identidad cultural de alguien o de una comunidad, es su lengua o idioma. ¿Entonces, por qué no recuperarla, hablarla y escribirla bien?