SEBASTIÁN SILVA-IRAGORRI
Llevamos en el fondo de nuestra mente y nuestro corazón la defensa de la libertad y la democracia, en especial contra los que por apariencia o populismo viven explotando estas palabras, pero sin demostrar en lo más mínimo el respeto que se debe a estas categorías transcendentales que son pilares del Estado de Derecho. Una de las características de nuestro ideario tradicional es precisamente luchar con todas las acciones legales para mantener la libertad y la democracia. Eso es en la esencia filosófica la conservación de los grandes cimientos sobre los cuales se construye una Nación: Orden, libertad, democracia, autoridad, ley y justicia social.
Esta vez vamos a comentar algo de política internacional que hoy tiene efectos en todos los lugares del mundo. Comprendemos y respetamos a la China que lucha por colocarse en los primeros lugares de la influencia mundial. No estamos de acuerdo con su régimen excluyente, dirigido por el Partido Comunista Chino, cuya preocupación desde hace varios años es involucrarse en otros países, incluida Latinoamérica, para ir creando un ambiente propicio a sus ideas. Lo que no podemos tolerar es la utilización ilegal de la propiedad intelectual de empresas, la explotación laboral en infinidad de trabajos y actividades, la impositiva conducta comercial en relación con aranceles muy desiguales y sin equilibrio y el sostén de regímenes totalitarios como Venezuela y Corea del Norte, entre otros. Hay que desarrollar altísimos niveles de capacidad cibernética para evitar una penetración a través de sus grandes plataformas tecnológicas que hoy invaden al mundo. Tengo muchas reservas sobre el tema de la libertad y la democracia en ese País y por eso creo que hay que observarlo, tener cuidado, estar preparados. El origen de la pandemia genera muchas dudas. Algún día ojalá se sepa la verdad.
Venezuela que atraviesa grave crisis económica y social está sostenida por Rusia, China e Irán y cuenta con el respaldo de Cuba. En estos días la Corte Penal Internacional se pronunció sobre delitos de lesa humanidad en el régimen de Maduro y nada tiene de raro, que una vez abierta la investigación, en poco tiempo se expida una orden de captura internacional.
Irán, es un régimen despótico, atrasado, sin equidad ni igualdad y discriminatorio. Actualmente el Gobierno de Estados Unidos, con sanciones y aislamiento, lo está colocando en un borde lleno de dificultades. En estos días Irán envió grandes barcos con gasolina y parece que con armas a Venezuela. Esta clase de regímenes están muy lejos de la libertad y la democracia y combatirlos debe ser el camino para restaurar muy pronto esas preciadas instituciones.
Cuba lleva años sin apertura democrática, sin prensa abierta, bajo una restricción de libertades y asfixia económica.
Estos países, hay otros más, están sometidos a unas limitaciones tan grandes, que incluso en Corea del Norte no conocen noticias del mundo exterior por el control estatal del Internet. Nadie entonces podrá decir que cuando se combate esta clase de autoritarismos se está atentando contra la soberanía de los Estados. Al contrario, quienes criticamos y contradecimos esta variedad de totalitarismos, lo hacemos luchando porque se instauren allí los principios de la democracia y de la libertad. Todo repercute en el mundo, por eso creo que en estas defensas no podemos ser débiles, ni nefelibatas, para preservar en Colombia nuestras más grandes conquistas normativas como Nación independiente y libre. En este debate hay que ser decididos, sin pausas, ni dudas, nada de medias tintas, tenemos que definirnos, con carácter, sin desmayos, con las banderas de la libertad y la democracia en lo más alto de nuestro espíritu.