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Michael Victoria Jiménez era un joven caleño. Prestaba servicio en el Ejército, por eso ayudaba en las tareas de seguridad en Suárez, al norte del Cauca. Cuando portaba el pixelado, y al interior del batallón de Infantería No. 8 Batalla de Pichincha, recibió un disparo por parte de otro compañero, al parecer en medio de una discusión.
En hechos que son materia de investigación por parte de las autoridades competentes para esclarecer aún este aspecto, en horas de la mañana del pasado martes, en un presunto acto de intolerancia, el soldado Marlon Castillo Valdés disparó su arma de dotación contra la humanidad del soldado Michael Victoria Jiménez, ambos orgánicos del Batallón de Infantería No. 8 Batalla de Pichincha y quienes se encontraban prestando su servicio militar en la base de la Salvajina, en este municipio.
Los compañeros, al percatarse de la situación, tras el fuerte disparo, corrieron a ayudar a Michael Victoria Jiménez, trasladándolo a un centro asistencial cercano, luego remitido a la clínica Valle del Lili.
“De acuerdo a los protocolos legales establecidos, se dio la orden de aperturar las investigaciones disciplinarias y penales correspondientes, poniendo a su vez a disposición de las autoridades competentes todos los medios requeridos con el fin de esclarecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrieron los hechos”, explicó el Ejército mediante un comunicado de prensa.
Dios y el destino tenían otros planes a este joven que, esperaba, cumplir con el servicio militar para tener mejores posibilidades laborales para así consolidar su proyecto de vida. El soldado murió cuando recibía atención médica.
A Disposición
Mientras esto pasaba, el soldado que causó esta tragedia quedaba a disposición de las autoridades competentes, iniciándose así las correspondientes investigaciones para esclarecer aún más esta muerte violenta, la cual hoy lamenta esta institución.
La madre del soldado, por su parte, pidió que todo el peso de la ley caiga sobre el joven que acabó con la vida de su hijo, el mismo que salió del barrio La Sirena, en Cali, hacia este municipio caucano para servirle a los campesinos de esta zona del Cauca.
“Para mi no fue un accidente, todo lo contrario, un crimen, que se haga justicia, que el responsable lo encierren en la cárcel por varios años, porque no es justo lo que hizo, acabar de esa forma con la vida de un joven lleno de sueños, aspiración y buena energía”, dijo Blanca Nubia Jiménez.
Ahora, en Cali, Valle, se cumplirán con las honras fúnebres de este joven que con amor murió por servir a su país.
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