Sobre la finalidad del gobierno

SILVIO E. AVENDAÑO C.

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¿Cuál es el propósito fundamental del gobierno? En la tradición de Locke, se responde que el propósito del gobierno es la defensa de la propiedad privada; mientras John Stuart Mill considera que la razón del gobierno es la educación de los ciudadanos.

Ahora bien, en el horizonte del presente se extiende el neoliberalismo. Consiste esta doctrina en la economía de mercado y la democracia del voto. La economía de mercado encierra la libertad del individualismo en el incremento de la propiedad privada. Los grupos económicos poderosos, a partir de una de las premisas: apertura de mercados, inauguran sus plazas en cualquier parte del mundo. Aunque, en los últimos años se ha replanteando cerrar las fronteras por parte de los “países desarrollados”.

Por otra parte, si se mira la otra faceta del pensamiento neoliberal se descubre la democracia del voto. Ésta se concreta en la democracia electoral, que consiste en el sufragio universal y en la igualdad de los ciudadanos ante la ley electoral. Ahora bien, en la democracia electoral se da la publicidad, la información, la propaganda, compra del voto, la postverdad. Más luego del momento electoral, quienes llegan al poder no instituyen el gobierno con finalidad democrática, pues como bien lo plantea la “democracia del voto” tiene sus límites y alcances sólo en el día de las elecciones Así, quienes llegan al poder no están interesado en la educación. Es más, la educación no es asunto sólo de maestros y alumnos en el aula. No se agota la educación en hacer posible el hombre social sino que requiere la formación política, es decir, el quehacer ciudadano en la participación y gestión de gobierno. El gobernar no tiene como finalidad educar pues la educación pública se ha sometido a un proceso de asfixia criminal. Tampoco hay interés por la salud pública, si se entiende por ella el estado de bienestar físico y social, y no meramente la ausencia del mal o las enfermedades. La salud se privatiza, se limita al negocio. Mucho menos hay interés por la realización humana en el trabajo, porque se establece el empleo que conduce a la precarización, a contratos temporales y, en los últimos tiempos, a contratos por horas. Así: “de los cerdos se hace manteca y de los hombres dinero”.




De esta manera, se puede ver que el neoliberalismo se entiende como la defensa e incremento de la propiedad privada, impulsada por el individualismo que plantea la libertad, el mercado, el auge de los oligopolios y el afán de lucro. Mucho más cuando se habla de gratuidad en la educación, salud pública y trabajo se consideran tales planteamientos afrentas. El liberalismo tiene en mente la privatización. Muy diferente sería un gobierno democrático, pues éste tiene como elemento básico la igualdad, la soberanía popular, la gratuidad en la educación, salud pública, el trabajo en lugar del empleo. Un gobierno democrático pretende la nacionalización de las empresas públicas, la igualdad de los derechos ante la ley y la soberanía popular.