Más allá del debate que pueda darse sobre el contenido del Plan de Desarrollo de la ciudad que debe entrar a estudio del Concejo Municipal, inquieta el que un tema sustancial no es tratado con la significación que las circunstancias exigen: la aguda y dilatada campaña de educación ciudadana que debe haber en los diversos sectores sociales y estratos económicos.
Las personas más oídas en la región, preocupadas por el problema de movilidad vehicular y la poca efectividad de las medidas ‘de choque’ implementadas por la Secretaría de Tránsito Municipal, proponen soluciones para que Popayán sea viable y hablan de la construcción de nuevas vías para descongestionar las calles céntricas, o de las pocas avenidas que sirven de acceso hacia el occidente de la ciudad, pero pocos se refieren a la imperiosa necesidad que hay de profundizar en la educación ciudadana.
Y no es para menos ya que la incultura aflora en la ciudad por todos los costados. En las vías públicas un gran número de payaneses son desaseados, no obedecen las señales de tránsito, son agresivos, intolerantes, atraviesan las vías vehiculares por donde se les antoja, no hacen uso de los pocos puentes peatonales que hay; con desespero cada cual trata de ser primero que el resto, no respetan filas, en fin, son muchas las expresiones de falta de cultura ciudadana que padecemos y que de seguro más del 90 por ciento de los ciudadanos que vivimos aquí han sufrido o protagonizado de una u otra forma.
Por estos días además, con el descontrol en el que anda la empresa Serviaseo con la recolección de desechos sólidos a lo largo y ancho de la capital caucana, ha sobresalido la incultura de muchos ciudadanos que sin desparpajo alguno arrojan las bolsas repletas de basuras a la calle, a sabiendas de que el carro recolector no pasará ese día o hará el recorrido mucho más tarde de lo normal. Pero también sabemos de personas que avientan la basura o los escombros a las quebradas o caños, generando el riesgo de taponamiento de los sistemas de evacuación de las aguas servidas.
La ciudad necesita con urgencia una gran campaña de cultura ciudadana, que debe ser prolongada en el tiempo, para que se vean sus frutos y lograr que cada habitante se transforme en impulsor de la cultura cívica.
Buena parte del problema de algunos vendedores ambulantes es su agresividad, desaseo y actuar caótico; de los transeúntes que tiran basura en cualquier lugar mientras caminan, de los conductores de buses urbanos que no respetan los paraderos y detienen sus vehículos en cualquier punto de la calle causando congestión y malestar con quienes están detrás de él; ese tipo de actitudes (de muchas otras) que ponemos como ejemplos, deben ser tratadas seriamente a través de profesionales en ciencias sociales, para que el comportamiento de cada sector de la población mejore. Además, en todos los establecimientos educativos, debe adelantarse una gran campaña de cultura ciudadana, comenzando con agresividad en los niños de las escuelas a fin que comencemos de verdad a cosechar comportamientos ciudadanos ejemplares hacia un futuro a mediano plazo.
Las vías de Popayán, la llamada ciudad universitaria en gracia de discusión, pueden transformarse y haber fluido tránsito vehicular en todas las direcciones, pero si la cultura cívica de quienes habitan la ciudad no cambia, nada lograremos en cuanto a mejorar la calidad de vida.
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