Por Alexander Paloma
Reportero Gráfico El Nuevo Liberal
El 7 de agosto se conmemora la Batalla de Boyacá, fecha de referencia para los colombianos en la que se dio libertad definitiva del yugo español; en este caso del virreinato de la Nueva Granada, dando paso luego a lo que los libertadores denominaron La Gran Colombia.
Izar la bandera es un acto con el que se rinden honores a los independistas, hombres y mujeres que contribuyeron con sus fuerzas a la consecución de un país libre, que traería consigo otras libertades como la abolición de la esclavitud entre otras.
En el decreto 1967 de agosto 15 de 1991 reglamenta el uso de los símbolos patrios: la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional; la Bandera debe ser izada en parte alta y sin ningún otro elemento sobrepuesto; la única que lleva el escudo de armas de la República de Colombia es la del presidente y la de los cuerpos armados de la nación donde se la denomina bandera de guerra.
La estatua de Simón Bolívar que rinde tributo al patriota de la independencia, en esta ocasión no contó con los honores que siempre se le han dado, ni adornos florales, ni la custodia de la guardia presidencial que suelen engalanar el monumento en este día; los símbolos patrios están perdiendo protagonismo, pareciera que se les ha perdido el aprecio y el sentido de pertenencia, ya son muy pocos quienes las ponen frente a sus casas, esto deja la inquietud de si se le han dado un uso inapropiado o si se le ha resignificado dentro de contextos que la ciudadanía rechaza.