Se queda…

EDUARDO NATES

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Imposible guardar silencio frente al exabrupto judicial que estamos viendo, con la llamada a indagatoria del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Vamos al grano:

¿Que puede hacer una persona cualquiera ante la racha sistemática de calumnias e insultos que, con una saña casi insoportable, profiere semanalmente otra persona? ¡Pues acudir a la justicia! Pero como se trata de dos senadores, el expresidente Uribe, uno y el Senador Cepeda, el otro, el asunto cambia de color y de valor y debe tramitarse en la Corte Suprema de Justicia. Así fue. Vino la demanda de Uribe contra Cepeda, y en ese remolino de fuerzas jurídico-políticas en que están convertidos los tribunales, surgió una noticia judicial en el sentido inesperado por la lógica… Ahora el investigado es el expresidente.

Entonces: ¿Es posible sostener la tesis de “la pureza de las Cortes” en el momento histórico en que acabamos de presenciar el encarcelamiento de Francisco Ricaurte, expresidente de la Corte Suprema de Justicia; el enjuiciamiento de Leonidas Bustos y Gustavo Malo, también honorables magistrados y otras situaciones confluyentes como la extradición del Fiscal Anticorrupción, Gustavo Moreno, que tienen la justicia en entredicho? Claro está, no puede desconocerse la probidad de muchos de sus miembros, pero tampoco podemos ocultar que, a “vox populi,” se habla del “Cartel de la Toga”

¿A quién le queda más cerca la opción de “urdir un plan” con herramientas y personajes apropiados (reloj-video-grabadora con acceso garantizado a la cárcel; Un “Honorable Senador” con 21 solicitudes de ingreso para entrevistar personajes protagónicos en reclusión (dicen quienes no lo quieren que ha visitado más veces la cárcel que la ducha); Servicios de espionaje británicos, a lo James Bond; Comunicados públicos, con medios de prensa serviles siempre disponibles al gobierno de turno): Al gobierno? o, ¿Al contrario, a quienes no tienen instrumentos y gobierno disponibles?

¡Qué cosa tan “coincidencial”, hombre…! Al senador Cepeda -de tan buen corazón que anda desesperado buscando en la cárcel a quién “defenderle los Derechos Humanos”- le apareció un preso que quería declarar para él, en contra de su obsesiva preocupación y archienemigo Álvaro Uribe, que no lo deja ni siquiera producir ideas sobre cualesquiera otros temas diferentes (que también son su responsabilidad política, como senador de la república que es)…

Automáticamente se aceleraron “a full” los motores de los odios antiuribistas en prensa, radio y televisión nacional, internacional, local (orondamente, una columnista dominical de este diario caucano le dijo “mafioso” al expresidente Uribe y otro lo “empareja” con Santrich…) y se torea el hormiguero y se incendian las redes con toda clase de insultos y calumnias (de lado y lado). Por supuesto, surge el millón de suposiciones en el imaginario popular, en las cuales cada uno ve a su contradictor tras las rejas y transcurren los sucesos, el mundo sigue girando sin parar, pero, por suerte o gracias a Dios, la espuma ilógica de los acontecimientos se desinfla y en lontananza parece verse la silueta de la verdad…

Quienes creemos que Uribe ha hecho y quiere lo mejor para el país, esperamos que el “desentorche” de la trama, pase, como parece, por la continuidad del expresidente en su curul para que desde el parlamento, en compañía de quienes debaten con profundidad y con argumentos, continúe trazando la ruta política del país y además se llegue al esclarecimiento de la verdad, que sin duda es lo que quiere el país, y que así lo ha manifestado concretamente, a través de resultados tangibles y claros en las urnas.

Tranquila y tranquilizante la actitud prudente del Presidente Duque, quien continúa demostrando que es “El Presidente de todos los colombianos”… De los que votaron por él y de los que no, también…