GUILLERMO ALBERTO GONZALEZ MOSQUERA
Son numerosas las personas que se preguntan sobre las largas filas de los bancos a principio o ultimas de mes para cobrar los subsidios gubernamentales. Son colas interminables que dificultan las operaciones de quienes tienen otras diligencias bancarias.
Pero en el fondo, lo que hay en la cuidad de Popayán son volúmenes altos de gentes que reciben una gran variedad de subsidios sin que se justifique este desangre del presupuesto nacional. El DNP en un informe reciente presenta la alarmante cifra de que un 33% del presupuesto nacional se dedica a estas ayudas, que en la mayoría de los casos llegan a quienes no lo necesitan.
Me consta que hace pocos días una amiga de la parte rural del municipio de Bolívar, que con su familia se había residenciado en la capital del Cauca, en atención a que recibía un subsidio de familias en acción, un auxilio educativo, uno de vivienda, uno de tercera edad más el de salud. Sumando las cantidades que recibe podría vivir cómodamente con su familia sin necesidad de trabajar. Su único deber es ir mensualmente, hacer la fila en el banco y recibir los dineros públicos.
Ningún esfuerzo se hace para realizar un seguimiento que permita conocer si el subsidio deberá ser permanente o solo hasta que la persona salga de la emergencia económica, ni tampoco se conoce si esa persona ya ingresó a un segmento de población que no requería del subsidio.
El senador Iván Duque que con el Ministro de salud han estudiado el tema, están preparando un proyecto de ley para racionalizar estas ayudas sin que les hagan ¨conejo ¨ por parte de los usuarios y sin que el presupuesto nacional tenga que responder, por algo que bien podría emplearse en proyectos de progreso colectivo como vías o suministros de agua potable.
Lo cierto es que Popayán y el Cauca en general se han convertido en legiones de limosneros, sin que podamos ver una reducción en el coeficiente de Giny, que mide el impacto de la disminución de pobreza por causa de las medidas oficiales.
De acuerdo con el DNP la reducción observada en la pobreza total y la pobreza extrema en los años 2010 – 2016 es el resultado del crecimiento de la economía y de medidas de política social encaminadas a lograr mejores niveles de vida.
Lo cierto es que hay mucho ¨colado¨ para pasar de agache en el sisben y mucho estudiante en el programa de ser Pilo Paga que no necesita un empujón económico. Es decir, que en materia de ayuda ni están todos los que son ni son todos los que están.
Preocupa que sea en el reglón de pensiones en donde se observa el destino prioritario de los subsidios (en 2013, 30.4% de todos los subsidios dados por el gobierno). Habría que empezar por revisar la estratificación que depende de los mandatarios locales, ya que en municipios prósperos no hay estrato 5 y 6. Por supuesto que los alcaldes y gobernadores dudan en tomar medidas sobre este aspecto sin tener en cuenta los saldos en rojo que tendrá el presupuesto del 2017. Estamos en periodos pre electorales y esto se toma en cuenta por los políticos de turno.
Pensemos en lo anterior a la hora de formalizar los planes de desarrollo de la ciudad de Popayán para que no sigamos siendo una ciudad de mendigos.
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