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    Se crece el Bloqueo Indígena

    FELIPE SOLARTE NATES

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    Los indígenas se organizaron cuando el gobierno de Lleras Restrepo resucitó la reforma agraria impulsando la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, Anuc promovida en el Cauca por Gustavo Mejía de Corinto, Paco Quintero de Tierradentro y dirigentes de la izquierda liberal.

    Algunos antropólogos y sociólogos que trabajaban en el Incora, conocedores de la historia indígena y de la propiedad que desde la colonia tenían sobre sus Resguardos, estimularon su organización para que recuperaran tierra despojada a finales del siglo XIX.

    La ANUC se debilitó después de enconadas luchas, especialmente en la costa atlántica, donde movidos por la consigna de «¡A desalambrar!» asociaciones de aparceros ocuparon grandes haciendas de ganaderos y agricultores indemnizados por el Incora, al igual que en el Cauca.

    Los indígenas caucanos fundaron el Cric, en 1971. Después promovieron la creación de otros Consejos similares en Valle, Tolima, Magdalena, Antioquia Choco y otros departamentos agrupados en la Organización Nacional Indígena, Onic.

    Con la Constitución de 1991 indígenas y afros tuvieron mayor reconocimiento legal para sus territorios ocupados ancestralmente y para su autonomía y cultura.

    Con la ley parcial de Ordenamiento Territorial los indígenas han aprovechado las ventajas que les brinda en cuanto a la administración de sus territorios y en manejo autónomo de recursos destinados a la salud, educación, justicia propia (con limitaciones), entre otros aspectos.

    Las comunidades afros han tenido avances en lo organizativo, pero sin duda los que más se han hecho sentir son los indígenas, sobre todo en el Cauca.

    Por no ser la tierra extensible como el caucho, en el departamento y el país urge negociar acuerdos sobre propiedad de la tierra, entre comunidades indígenas, campesinos mestizos, comunidades afros y empresarios agrícolas, pues de no hacerlo se agravarán conflictos similares que se presentan a menudo: entre los mismos indígenas, como sucedió recientemente en Caldono entre Nasas y Misaks agarrados a garrote y machete, también sucedió hace años entre Afros y Nasas por una propiedad en Buenos Aires, o como en Coconuco alrededor del balneario termal de Agua Tibia y actualmente se da en el norte del Cauca con indígenas enfrentados a cañicultores.

    En la actual Minga además de exigir cumplimiento de anteriores acuerdos, han incorporado puntos que tienen que ver con políticas nacionales en sus territorios como grandes proyectos mineros, explotación petrolera mediante el fracking, construcción de hidroeléctricas, asesinato de líderes, entre otros temas de difícil resolución, pero que tienen que ser discutidos o negociados por el presidente Duque, sobre todo en su primer año de gobierno.

    Ante la inflexibilidad del Gobierno, gremios empresariales e indígenas, la Minga tiende a crecerse en movimiento nacional, al sumarse indígenas y campesinos de otros departamentos, sindicatos de educadores y trabajadores, transportadores, caficultores, y otras organizaciones que después de Semana Santa han anunciado paros y movilizaciones nacionales.

    Desacreditando a la JEP, loa acuerdos de paz, sin negociar con Eln y en medio de disidencias armadas, el gobierno nacional prepara: ¿un escenario de radicalización para buscar negociación o garrote generalizado?