Riesgo de terremoto

ÁLVARO JESÚS URBANO ROJAS

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Según los registros históricos de sismicidad, en Popayán ocurrían de uno a dos terremotos por siglo, dado el acoplamiento de las capas tectónicas en el proceso evolutivo del continente americano. El último evento se registró a las 7:32 a.m. del día sábado 26 de enero de los corrientes, según reporte del Servicio Geológico Colombiano, con una magnitud 5.4 en la escala de Richter, con epicentro a 12 km al noreste del Pico Central del Volcán Nevado del Huila, precedido por otro de 3.4 en el mismo sector.

Según United States Geological Survey, es alta la probabilidad que se presente algunos sismo de magnitud 7 en nuestra zona geográfica, por los ciclos repetitivos asociados a la zona de subducción, que tienen períodos de retorno o ciclo de ocurrencia cada 25 años, período que se ha acortado por efectos del calentamiento global, que hizo que la siniestralidad aumentara de 0,63 a 0,98 al pasar de 100 a 25 años la reiteración de eventos telúricos.

Los niveles de retorno histórico en los 482 años de fundación, datan de 1564, cuando un pavoroso sismo conmovió la naciente ciudad y destrozó lo hasta entonces construido. El 2 de febrero de 1736, estremeció a Popayán un segundo terremoto, más violento que el de 1564. Aunque seriamente averiadas, sólo subsistieron algunas casas de mayor consistencia. La reconstrucción se retrasó hasta finales del siglo, debido a los consecutivos sismos que sucedieron al de 1736, los cuales obligaron a demoler algunas construcciones que se habían salvado inicialmente. Los sismos de 1938, 1961-62, 1979 y 1983 ponen en evidencia una fuente generadora de sismos de magnitud cercana a 7 grados.

El de más ingrata recordación fue el terremoto del Jueves Santo 31 de marzo de 1983, a las 8:15 a.m. de magnitud 5.5 e intensidad VIII grados en la escala de Mercalli, con epicentro a 46 km al suroeste de Popayán, devastador por su hipocentro a 4 km de profundidad y 18 segundos de duración, con 300 muertos y más de diez mil personas sin techo. El total de construcciones derruidas fue de 9.350, muchas de ellas con muros de adobe, arcilla o bahareque ligados por barro con cerchas de tabla o en esterilla empañetadas con cagajón.

Hoy el Cauca tiene en el alto gobierno al Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Ingeniero Eduardo José González Angulo, quien por su capacidad de gestión y trayectoria en el manejo de situaciones de emergencia es garantía para mitigar el impacto de los eventos telúricos, también se cuenta con el Servicio Vulcanológico y Sismológico de Popayán para vigilar y reportar las geoamenazas en el departamento del Cauca, encargado de reportar la información geológica a través de la elaboración de la cartografía geológica, geofísica y geoquímica regional, investigaciones básicas y cartografía temática en estratigrafía y paleontología, tectónica, vulcanología, hidrogeología y geotermia, en plazos cada vez más cortos para dar respuestas en tiempo real.

La historia enseña que la falla geológica Cauca-Romeral y la fosa tectónica del Circumpacífico, merecen especial vigilancia como fuente sísmica superficial, capaz de producir eventos de magnitud cercana a 6 grados, dada su conexión con la línea Alpes en los segmentos del Pan de Azúcar, Doña Juana, Nevado del Huila, Sotará y Puracé en el complejo volcánico de los Coconucos.

Estos fenómenos serán catastróficos si no hay acciones de prevención y educación en atención de desastres. Se debe tener en cuenta al aprobar el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial la exclusión del uso del suelo en la falla geológica activa que cruza el centro de Popayán como zona no apta para grandes estructuras arquitectónicas, respetando las normas técnica de sismo resistencia NSR-10 en el marco de la ley 400 de 1993, modificada por la Ley 1229 de 2008 y hacer de Popayán un pueblo que como el Japón, aproveche el riesgo tectónico para potencializarse como líder del conocimiento y la tecnología.