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JUAN CARLOS LÓPEZ CASTRILLÓN
La cereza que le faltaba al pastel de la crisis que vive Popayán llegó esta semana: el bloqueo a la vía que conduce al relleno sanitario “Los Picachos” por parte de la comunidad campesina de la vereda La Yunga, quienes protestan por lo que ellos afirman, ha sido el incumplimiento de los compromisos que se asumieron con este sector al momento de abrir el relleno.
Diariamente se depositan 300 toneladas de basura en “Los Picachos”, y el bloqueo inició el martes 12, por lo cual se ha generado una emergencia de salubridad, toda vez que la ciudad ya acumula miles de toneladas de desechos que no están siendo recogidos y se amontonan en los andenes, como un monumento a la falta de previsión y al abandono.
Al momento de escribir esta columna, la situación presentaba los siguientes elementos:
El miércoles 13 y jueves 14 se realizaron reuniones entre las partes implicadas: las personas que están al frente del cierre, Serviaseo como operador del servicio y los gobiernos municipal y departamental ¿El resultado? Las conversaciones fracasaron.
El alcalde encargado de Popayán tomó entonces la decisión de solicitar a la Superintendencia de Servicios Públicos la intervención de la empresa operadora. Al tiempo se conoció una solicitud de amparo policial para obtener el despeje de la vía.
La primera decisión tiene un trámite procedimental largo y mientras se resuelve termina siendo un saludo a la bandera en medio de este maremágnum. Sobre la segunda, se debe cumplir con un cronograma legal que nos lleva hasta mediados de la próxima semana.
Pero adicional a lo mencionado, la CRC, en su calidad de autoridad ambiental, intervino el viernes ordenando la suspensión del relleno, con lo cual, así se levante el bloqueo no se pueden llevar las basuras a ese sitio, o por lo menos no de forma inmediata.
Serviaseo determinó entonces enviar un primer convoy de la basura a Yotoco, donde los municipios del Valle manejan sus residuos sólidos; pero para completar el gris panorama, no les recibieron la carga con el argumento de no tener disponibilidad.
Por otra parte, contrario al dictamen de la CRC, la Superintendencia de Servicios Públicos visitó el relleno y lo declaró operativo. Al tiempo, el Procurador General ordenó una inspección que debe realizarse este fin de semana.
En conclusión, ahora hay que levantar un bloqueo y un acto administrativo que impide utilizar Los Picachos.
Mientras tanto – y quién sabe por cuántos días más – la blanca ciudad seguirá llena de bolsas de basuras en sus calles y avenidas, haciendo prevalecer la insalubridad y todo lo malo que alrededor de ello se genera.
Este grave incidente, que además no es la primera vez que ocurre, tiene que arrojar respuestas sobre los siguientes interrogantes que muchos nos hacemos:
Uno: ¿De quién es la responsabilidad del incumplimiento a lo pactado con la comunidad? Dos: ¿Por qué no se hizo seguimiento a los reclamos de los habitantes de esa zona?
Tres: ¿Por qué se dejan crecer los problemas a tal punto que el resultado final es la confrontación? Cuatro: ¿Por qué no existe un plan de contingencia que se pueda cumplir de parte de la empresa operadora? Cinco: ¿La autoridad ambiental sólo se da cuenta que hay afectación del medio ambiente ante las vías de hecho que adopta la comunidad?
En toda esta situación hay varias piezas que no encajan, lo cual me lleva a una última pregunta: ¿Hay otros intereses desconocidos que se están moviendo detrás?
Por ahora, mientras todo se resuelve – y como ya es común en estos casos – hay que recurrir a la ciudadanía para minimizar la catástrofe, y pedirles a todos que evitemos sacar la basura a la calle mientras se retoma el servicio de recogida. Muchos se muestran en desacuerdo con esta solicitud, es entendible teniendo en cuenta la alta tarifa de aseo en la ciudad, pero si no aportamos continuaremos alimentando una crisis en la que el ciudadano de a pie es el primer afectado.
Posdata: la verdadera solución al manejo de las basuras en las ciudades modernas se ha dado en torno de la política de las tres R: REDUCIR, RECICLAR Y REUTILIZAR; eso implica un programa gubernamental de manejo de residuos y una gran tarea de educación ciudadana. Si queremos una Popayán que cumpla con los parámetros de Sostenibilidad, hacia allá debemos avanzar.
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