Este miércoles 31 de diciembre es el último día del 2014, una día en la que las familias y los amigos se reúnen a esperar que llegue el año nuevo para expresar su cariño en torno a los deseos de un mejor futuro. Es el momento en el que todos expresan su afecto y compromiso con aquellos a quienes se quiere.
Por eso, hoy es un día en el que el Cauca se merecería recibir el regalo de todos los que en ella habitan. Qué bueno sería por ejemplo, que sus mandatarios le regalaran a todas sus localidades una gestión eficiente, donde el único fin fuera el beneficio al ciudadano o al campesino.
Qué gran regalo sería, además, que nuestros alcaldes le dieran a nuestros municipios, licitaciones transparentes, donde participaran los más capacitados para trabajar por el desarrollo de cualquier urbe y en la que se tuviera que escoger al mejor proponente dentro de varios, todos ellos de las más altas calidades.
Y en este año de elecciones que se avecina, qué buen regalo sería para la ciudad capital y al departamento, entregarles funcionarios al servicio de lo público, que lleguen a las Alcaldías, Concejos, a la Gobernación y a la Asamblea, a trabajar por el bienestar de todos y no a privilegiar los intereses de unos pocos.
En una ciudad con bajos y preocupantes indicadores económicos como los que ostenta la capital caucana y donde debemos incluir a los 40 restantes municipios del departamento, que lo único que demuestra es el estancamiento en el empleo y la generación de riqueza que hoy ubican a la región en los últimos lugares del país, un regalo invaluable sería el que podrían darle las entidades de control bajo la forma de una vigilancia efectiva y castigos severos para aquellos que se roban y derrochan los recursos públicos.
Y qué gran regalo le daríamos a Popayán y al Cauca si nos convirtiéramos en ciudadanos comprometidos con su desarrollo, con sentido de pertenencia, a quienes nos importe lo que pasa en sus calles, con sus recursos, que nos duela verla sucia y en abandono, que no toleremos la agresión ni el irrespeto a las normas. Ciudadanos que tengamos el valor de denunciar todos aquellos actos de corrupción y de violencia.
A todos los ciudadanos caucanos, por favor, regalémosle a la ciudad unas celebraciones en paz, donde los excesos no se conviertan en esas noticias que terminan engrosando las estadísticas sobre riñas, muertes y quemados por pólvora que cada fin y comienzo de año reseñamos cuando retomamos nuestro accionar periodístico.
Amigos lectores, suscriptores, anunciantes y en general a la ciudanía de nuestra comarca, les deseamos un Feliz Año 2015.
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