GUILLERMO VARONA COLMENARES
Muchos son los comentarios y análisis que con motivo de la eliminación de Colombia al campeonato mundial de Qatar a fines de este año, se han realizado por diferentes medios de comunicación. Pero pocos se han referido a lo que a mi juicio, constituye un verdadero record mundial muy difícil de igualar. Se trata de los siete partidos en los que el equipo de Colombia y sus delanteros no fueron capaces de anotar un solo gol a sus adversarios. Esto no se había visto en toda la historia de los mundiales y de sus eliminatorias durante los años de existencia de este evento. No debemos sentirnos del todo derrotados ya que el equipo está ocupando el primer lugar en una estadística muy difícil de igualar o siquiera de aproximación por cualquier otro equipo en estos campeonatos.
Como también están siendo motivo de predicciones y análisis las características que debe cumplir nuestro onceno y sus jugadores para próximos campeonatos y sus eliminatorias, me permito hacer los siguientes comentarios:
1- No deben ser jugadores de menos de 1.84 de estatura, a no ser que se trate de casos excepcionales como el de Luis Díaz.
2-Los delanteros deben ser buenos pateadores desde la media distancia y no esperar a estar frente al portero para ensayar una jugada que en la mayoría de los casos termina en desperdiciar un gol cantado.
3- Hoy en día el futbol se caracteriza por la fortaleza física y la talla de sus jugadores, por lo regular de más de 1.85 y a esto se debe que la mitad de las anotaciones se hagan de cabeza y luego de aprovechar centros de altura o tiros de esquina (hay jugadores que superan los 1.94 de estatura), pero en el caso de los nuestros, cuando se hacen centros no hay quien los aproveche por lo que debemos mejorar la talla física.
4-En estos partidos hay que inculcar a los jugadores el hecho de que están defendiendo los colores de un país. Por lo que se dio a entender, daba la impresión de que en esta eliminatoria las figuras se aburguesaron y les daba temor de arriesgar su humanidad por el miedo a resultar lesionados y a no volver a jugar con sus clubes, tal vez por lo que allá reciben mayores premios y emolumentos.
5- Tampoco dejaban ver el mejor estado físico, a lo mejor por llegar de largos viajes y de atender muchos compromisos con poco tiempo para una adecuada recuperación.
6- Tampoco dispusieron de un plazo adecuado para que el entrenador adoptara las tácticas y estrategias necesarias que un compromiso de esta categoría demanda, salvo en el caso de los países que por su tradición y calidad técnica de sus jugadores, pudieran mostrar.
Me atrevo a citar un planteamiento de mucho riesgo que ojalá no pase de ser una simple especulación en la que estarían implicados directivos y técnicos de varios países. Se trata de que para tener en cuenta a un jugador tanto en su convocatoria a una selección como para su escogencia y posterior alineación, deben pagar importantes sumas de dinero, lo cual justifica que otros deportistas con mejores características, pero que se oponen a estos tratamientos, no sean tenidos en cuenta. Grave situación que de presentarse debe ser denunciada, castigada y superada.
En fin, considero que si Colombia con sus directivos, técnicos y jugadores tienen en cuenta estas modestas apreciaciones, podemos llegar a obtener mejores resultados en el futuro.