EDUARDO NATES LOPEZ
El martes pasado de nuevo estuvo el presidente Duque en esta ciudad para realizar el acto de celebración de “Compromisos por Colombia” para la reactivación económica.
Los escépticos y contradictores, seguramente estarán bastante molestos por la visita y los ofrecimientos que el presidente hizo en esta reunión que, a decir verdad, reavivan un poco la esperanza, casi perdida, en que este departamento pueda seguir existiendo como unidad administrativa viable. No sobra comentar que los resentidos tuvieron la posibilidad de extender sus pancartas poco amistosas, pero, finalmente, esperamos que el efecto de los anuncios presidenciales se logre, por encima de estos gajes de la democracia.
Con la solvencia que lo caracteriza y, seguramente, el haber repasado con frecuencia la lista de necesidades, sobre todo las reiteradas año tras año, Duque habla de los lugares y sitios que ya prácticamente le resultan familiares. Comenzó por los compromisos en infraestructura básica como son las vías Popayán-Pasto y Popayán- Santander de Qulichao, y las vías hacia otros lugares como el Macizo colombiano, o Popayán-La Plata o Popayán-Pitalito, dolores de cabeza de todos los que de cualquier forma requerimos movilizarnos dentro del territorio caucano. Al fin y al cabo, fuera de este mapa, las vías son más transitables y seguras. En el mismo sentido mencionó la culminación de las obras en el Aeropuerto Guillermo León Valencia, obra de la mayor urgencia.
La ejecución de 48 proyectos de infraestructura educativa, a lo largo y ancho del Cauca, también complementan considerablemente las expectativas en este aspecto fundamental de la educación en el departamento, quizás uno de los que más sufren en tal necesidad básica insatisfecha.
Gran énfasis le dio al aspecto de la seguridad, insistiendo en que la presencia del narcotráfico es un factor que mantiene el fuego de la inseguridad encendido. Mencionó varios hechos e intervenciones de las fuerzas del orden del estado, en términos de golpes a la delincuencia, que podrían considerarse trascendentales.
En las intervenciones del inicio de la sesión fue notoria la actitud de beneplácito del Gobernador Larrahondo, con el gobierno nacional, lo cual no solo nos complace a quienes creemos en la conveniencia de las buenas relaciones entre gobernantes, sino que pone en ascuas lo que puedan estar pensando los senadores Velasco y Ortega, quienes seguramente no asistieron al acto pues a lo mejor están bastante ocupados en la creación y fortalecimiento de otro movimiento político, desde luego, adverso al gobierno Duque, posiblemente llamado la “Social- Democracia” y, por supuesto, pensando en el proceso electoral del 2022. Al gobernador hay que reconocerle un gran esfuerzo que viene haciendo por apoyar además de varios proyectos y programas en Popayán, importantes inversiones en el desarrollo agropecuario y lechero de esta región.
Buena, puntual y concreta la exposición del alcalde López Castrillón, quien resaltó las necesidades en infraestructura. Urgentes se hacen las obras de la variante de Oriente, que evitaría la debacle que se forma con el tráfico pesado procedente del Huila, que debe internarse por las estrechas calles del centro de la ciudad, buscando la salida norte o sur de la ciudad. Grato igualmente conocer el avance del proyecto de la hoy llamada Avenida de Las Culturas, en vez de Avenida de los Próceres. El cambio de nombre nos abriga la esperanza de evitarnos el espectáculo de muchos de los actuales “prohombres” buscando el sitio de donde sería ubicada su estatua…
Grato también encontrar los planteamientos de los líderes gremiales en una nueva representación de jóvenes ejecutivos -con su natural excepción- Bien están asumiendo los liderazgos locales y regionales.
Esta nueva versión de los “consejos comunitarios” que otrora realizaron, en versión regional el gobernador Negret, y en el panorama nacional el presidente Uribe, informa democráticamente y permite estar al día con los proyectos, decisiones y compromisos que los gobernantes deben tomar frente a su comunidad en aras de la transparencia y la participación comunitaria.
Solo queda concluir esta columna con la aseveración de que estamos confiando en que la palabra presidencial, será honrada.