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Redacción fin de semana
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Félix y Susana es un proyecto que llegó al Cauca en el año 2011, tres años después de haber surgido en el Departamento de Antioquia, a raíz de que desde los negocios relacionados con salud que tiene Sura (la empresa que apoya esta iniciativa), empezaran a reportar a su Fundación muchos casos de violencia sexual contra menores de edad.
A raíz de eso, un equipo interdisciplinar conformado por sociólogos, psicólogos, pediatras, entre otros, empezaron a pensar qué hacer y cómo aportar para solucionar ese problema, y fue así como la Fundación creó este programa de educación para la sana convivencia, que actualmente se “implementa en instituciones educativas de básica primaria y tiene como propósito desarrollar capacidades en directivos y docentes, que aporten al fortalecimiento de habilidades para la vida y la prevención de situaciones de vulneración de derechos de los niños y las niñas”.
De acuerdo con María Mercedes Barrera, directora de la Fundación Sura, “Félix y Susana inicialmente fue un programa para el área rural, se entregaba el material pero no se tenía una ruta metodológica, ni un acompañamiento completo; ahí empezamos a entender y a fortalecerlo hasta llegar a lo que tenemos hoy ya con una evaluación de impacto, con unas evidencias claras de que el proyecto efectivamente cumple el propósito que nos imaginamos hace 10 años”.
Y es que de acuerdo a cifras de medicina legal, cuando arrancó el programa en Cauca, se tenían registrados 1920 casos de violencia familiar, 274 de maltrato infantil y se habían realizado 41 exámenes por presunto abuso sexual en menores de 5 años; lo cual dio pie para que cinco instituciones educativas de dos municipios del norte del Cauca entraran a hacer parte de esta iniciativa.
“Los municipios se eligen en alianza con la Secretaría de Educación, ellos nos van mostrando esas rutas de cuáles son los municipios que tienen esas necesidades en esas instituciones educativas; sin embargo nosotros abrimos una convocatoria y son las instituciones educativas las que se postulan, entonces no es que nosotros lleguemos a decirles ustedes ya tienen que implementar este programa, sino que les contamos de qué se trata, a qué se debe comprometer la institución educativa para que así se postulen, ahí hacemos un proceso de selección y escogemos cuáles son las Instituciones preparadas para recibir el programa y poderlo aprovechar”, explicó María Mercedes Barrera.
De las experiencias significativas en Puerto Tejada y Caloto se resaltan: la creatividad, el talento y la pasión de los educadores, así como el amor, cuidado y respeto; además la participación e integración de las familias y los niños al programa.
“En la Institución Educativa Jorge Eliécer Gaitán de la vereda El Guabal en Puerto Tejada desarrollaron la experiencia ‘Reconozco mi Cuerpo’, guiada por la docente María Doris Peña Lucumí, donde se explica la función de cada una de las partes del cuerpo, además de la orientación de estrategias de autocuidado y prevención de riesgos, al lograr que niños y niñas reconozcan y se apropien de su cuerpo. Por su parte en la Institución Educativa Rural Las Brisas en ese mismo municipio se trabajó con la experiencia ‘Escribimos y Contamos’, desarrollada por la docente Carmen Amparo Fernández en la cual incentiva a los estudiantes a que se relacionen con sus compañeros y reflexionen de manera oral y escrita sobre la importancia de generar vínculos de sana convivencia entre ellos”, destacaron desde la Fundación.
En Caloto se destaca la experiencia realizada en la Institución Educativa Escipión Jaramillo de la vereda San Nicolás, dirigida por la docente Hecilda Fernández, que consiste en formar familias con el propósito de transformar imaginarios negativos alrededor de la sexualidad, además aborda temas relacionados con la autoestima, el respeto y el reconocimiento del cuerpo.
Metodología y retos para garantizar una sana convivencia de los niños del Cauca
Según cifras del proyecto, en los dos municipios beneficiados, son cinco las instituciones educativas donde trabaja el programa, 44 educadores formados, 492 niños y niñas beneficiados y 302 familias involucradas.
“Se usa una misma ruta metodológica en todos los colegios, nosotros acompañamos al mismo tiempo a cada institución educativa, las formaciones son iguales para los docentes, la entrega de materiales y la apertura del programa que es con una obra de teatro para que los niños conozcan a Félix y Susana, y el trabajo con las familias; lo que cambia es el acompañamiento en el día a día durante tres años que se hace en cada institución educativa, entonces los profesionales que acompañan cada institución sí van revisando cuáles son los temas o los casos que se están presentando y se adapta, se colabora y se apoya para resolver esas situaciones, pero es una misma ruta metodológica para todos”, señaló la directora de la Fundación Sura.
Actualmente, los cinco colegios del Cauca que hacen parte del programa están en una fase final donde les están entregando nuevas herramientas, revisando cómo han integrado las metodologías y así hacer el cierre para que se “gradúen” y puedan seguirla aplicando y la puedan transferir de unos docentes a otros.
Así mismo, de acuerdo a un estudio de impacto del Programa que realizó la Universidad de los Andes, lo que se identificó es que “los menores identifican sus situaciones de riesgo y saben con qué adulto de confianza hablarlo, hay una reducción del embarazo en adolescentes, y lo más importante es que los niños han entendido qué es una situación de riesgo, que puedan hablarlo, que sean escuchados y entendidos, que los niños tengan oportunidad de hablar en sus casas, con sus familias, pero además que puedan entender cuáles son sus emociones, y puedan solucionar mejor sus conflictos con sus compañeros en el colegio”.
Finalmente, con los hallazgos del estudio se potenciarán temas que tienen que ver con la diversidad y la equidad de género, para desde Félix y Susana incidir en esos temas y continuar fortaleciendo los lazos: escuela, familia, estudiantes, y disminuir los índices de violencia contra los menores y generar ambientes protectores.
Aunque el balance es positivo en el Cauca, aún hay unos retos en el territorio que tienen que ver con: incentivar la participación de directivos y docentes que han hecho parte de Félix y Susana en mesas departamentales y municipales de infancia y adolescencia, mesas diferenciales étnicas y mesas técnicas de trabajo en derechos humanos, con el fin de aportar en el desarrollo de estrategias que potencien la sana convivencia en el territorio.
Propiciar que los comités de convivencia departamental y municipales emprendan acciones periódicas de acompañamiento y gestión de los comités escolares, buscando que no solo respondan a dinámicas de atención, sino a la dinamización de acciones de promoción de derechos y prevención de situaciones de riesgo y conflicto.
Fortalecer los espacios de encuentro entre educadores, donde se reconozcan y socialicen experiencias significativas de aula en torno a la promoción de la educación para la sexualidad y la sana convivencia.
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