La procesión del Domingo de Ramos encabezada por el arzobispo Iván Antonio Marín este fin de semana, tuvo un matiz diferente debido a que lo lluvia no permitió que las imágenes tradicionales que son sacadas del templo de Belén acompañaran el desfile religioso.
En consecuencia, el Señor Caído fue bajado desde el santuario de Belén este lunes a las 10:00 de la mañana por los cargueros habituales vestidos con su camisa blanca y pantalón gris, “de una manera sencilla pero con todo el respeto y solemnidad, acompañados por la policía”, dijo a esta redacción Álvaro Grijalba Gómez. Este es un hecho poco habitual en razón al mal clima que persistió durante el Domingo de Ramos.
Las imágenes del Amo (réplica talla en madera siglo XX por José Ascensio Lamiel) y el Señor Caído (talla payanesa siglo XVIII y El Ángel talla quiteña) fueron llevadas a la Catedral Nuestra Señora de la Asunción; ahí esperaran ser sacados en las procesiones del Martes, Miércoles y Jueves Santos. La réplica no fue transportada en hombros sino en una cama baja.
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