EDWIN DARÍO LIS HERRERA
Aquí el único culpable de toda esta situación es el presidente Duque, protagonista de las más altas violaciones a los derechos humanos y del desastre económico que, según fuentes de la economía nacional, indican que más de $15 billones de pesos son las pérdidas que ha dejado el paro nacional.
Desconocer la protesta social y estigmatizarla indicando que hay vándalos, que existen personas y/o grupos que pagan por estar en ella y que detrás de ella hay un tinte político; es desconocer su morfología. El dialogo hubiese podido evitar todo este episodio. El cálculo electoral lo está haciendo el gobierno sin importar los efectos socio económicos y llevarnos hasta el 2022 y colocar pueblo contra pueblo enfrentándose. La infame extrema derecha lo sabe hacer perfectamente.
La gente se cansó y está dispuesta a jugársela el todo por el todo. Si miramos los indicadores de pobreza monetaria, que mide el porcentaje de la población con ingresos por debajo del mínimo de ingresos mensuales necesarios para cubrir sus necesidades, establece que hoy en Colombia, están con un ingreso de $ 331.688 pesos, equivalente a 21 millones de compatriotas en esta situación. Aunado a la línea de pobreza extrema que reciben $145.004. Todo esto lo viven millones de familias las cuales escasamente tienen para una o dos ingestas, en el mejor de los casos. Esa es más del 60 por ciento de nuestra población.
Por ello, es importante trabajar la Carta Democrática Inter Americana y ubicarnos en sus artículos del 12 al 16, donde nuestra gente ha salido a manifestarse para reivindicar derechos que este gobierno y sus antecesores los han venido negando.
Los jóvenes, nuestros padres, familiares y nuestros combos y colectivos exigimos gratuidad total en la educación pública desde la edad temprana hasta los postgrados en todas las disciplinas para hacernos altamente competitivos y atraídos en los diferentes mercados internos y externos; mejoramiento de los establecimientos de educación escolar, media y universitaria, dotados de laboratorios y todos los equipos de tecnología de última generación, requerimos de un sistema de salud universal gratuito y de alta calidad, de espacios deportivos y apoyo económico a nuestros deportistas de alta rendimiento, reconocimiento y estipendio para podernos sostener en los colegios y universidades, mejor pago a nuestros compañeros jóvenes y adultos de la clase trabajadora y doméstica, mejor pago a los profesionales de la salud y todas las disciplinas, mayores centros de salud hospitalaria, una mejor salud preventiva en barrios y comunas, mayor seguridad, respeto por la vida y la libre expresión, respeto y garantías a los derechos humanos, no al franking, no a la fumigaciones con glifosato.
De esta manera, toda nuestra solidaridad a la primera línea que siempre acompaña las marchas y que están haciendo frente en la ciudad de Cali, Bogotá, y otras ciudades del país, que si la tienen clara y que saben para donde debemos navegar.
Ivan Duque, su cuerpo corporativo, el Centro Democrático, partidos de la coalición y su patrón: Álvaro Uribe, le han apostado a deslegitimizar la protesta social y enviar mensajes de vandalismo y terrorismo interno. Que soberbia y autoritarismo les asiste cuando no han podido sacar a su pueblo de tanto atraso y miseria.
A las ciudades, calles, campos y carreteras las quieren convertir en campos de batalla, con paramilitares a sueldo que remplazan a la fuerza pública o son estos mismos que vandalizan la protesta social para tener un pretexto y registrar hechos, a fin de soportar el Decreto 575 de 2021, para la conservación y restablecimiento público, que a todas luces es el inicio de un autogolpe de estado. La movilización debe estar alerta y deben adelantarse los desbloqueos como símbolo de voluntad de sentarse a negociar con toda la legitimidad y respeto por los derechos fundamentales establecidos en la constitución política. Este gobierno bloqueo e hizo trizas el acuerdo de paz. Hemos estado bloqueados, de tiempo atrás, por la falta de oportunidades, de verdadera justicia social y de una paz justa y verdadera.