¿Por qué el método RAIN es tan importante para la regulación emocional?

R.A.I.N es un acrónimo que creó la profesora Michele McDonald hace 20 años…

Al escuchar la palabra RAIN, puede venir a la mente su significado en inglés; lluvia. Sin embargo, esta palabra también tiene otro significado en el ámbito de la felicidad y se le conoce como un proceso de mindfulness que permite promover la consciencia sobre nosotros mismos y abrir paso a la regulación emocional.

Al hablar de mindfulness, el experto en prácticas de zen y yoga, Jon Kabbat-Zinn, explica que es una manera particular de prestar atención; desde la curiosidad, apertura y sin juzgar el presente. En esencia, es una práctica que invita a traer toda nuestra atención al momento actual, dejando la tendencia que tenemos como seres humanos, a estar mentalmente en el pasado o en el futuro.

Para Valentina Marín, asesora de Felicidad de Areandina, “el mindfulness ha demostrado tener múltiples beneficios tanto a nivel físico como mental y emocional. Cada vez más las personas lo han incorporado como parte de su diario vivir, lo que les permite vivir de una manera más consciente y deliberada, además de reducir los niveles de ansiedad y estrés”.

Para la experta, puede que suene sencilla la idea, pero a la hora de incorporarla, puede ser algo retador. “La mente está acostumbrada a divagar y nos es más familiar permitirle ir y venir que centrarla en el aquí y el ahora. Por eso, han surgido diversas técnicas que nos permiten familiarizarnos con la disciplina del mindfulness de diferentes maneras”, explica la experta Marín.

R.A.I.N es un acrónimo que creó la profesora Michele McDonald hace 20 años, con el fin de dar un paso a paso que permitiera a las personas tener una práctica de mindfulness guiada por medio de cuatro elementos que llevan a la persona a tener una pausa y prestar atención a lo que sucede en nosotros mismos en el momento presente.

Es un método particularmente útil para regularnos emocionalmente, pues nos permite Identificar elementos emocionales que van más allá de la propia emoción; como los eventos que dieron paso a la misma, el feedback corporal, los pensamientos que acompañan dicha emoción y nuestras respuestas o reacciones”, asegura la académica Marín y recalca el significado la palabra RAIN:

R (Reconocer): el primer paso consiste en reconocer y observar lo que está sucediendo en nosotros en un momento determinado sin juicios ni etiquetas. En este punto, damos un nombre a la emoción y entramos en contacto con ella, desde la curiosidad y de una manera compasiva.

A (Aceptar): el segundo paso es aceptar lo que sentimos sin poner resistencia. Al sentir tristeza, por ejemplo, tratar de evitarla o distraernos para no sentirla. Como humanos, aceptamos que tenemos diferentes experiencias y emociones que acompañan esa experiencia y, por ende, lo más sano es darnos permiso de sentir todas las emociones sin reprimirlas, juzgarlas o evitarlas. “Aceptar la emoción no quiere decir que vamos a reaccionar de manera impulsiva o reactiva, por el contrario, quiere decir que podemos empezar a explorar cómo queremos responder ante la situación y de qué manera podemos transitar esa emoción de una manera saludable. Esto nos permitirá conocernos mejor a nosotros mismos, desarrollar perspectiva e inteligencia emocional”, puntualiza la psicóloga Marín.

I (Indagar): el tercer paso lleva a indagar y mirarnos de manera interior con compasión y curiosidad. Aquí se contemplan los pensamientos ligados a las experiencias tenemos, observar lo que sucede en nuestro cuerpo y las sensaciones. Para la experta Marín, “algunas preguntas que nos pueden servir para llevar a cabo esta parte del proceso son: ¿Cómo empezó esta emoción?, ¿qué siento en mi cuerpo?, ¿qué necesito en este momento? O ¿me he sentido así otras veces?”.

N (No te identifiques): hace referencia a la importancia de no identificarnos con nuestros pensamientos o emociones, pues estos, son temporales y momentáneos. “Para poder conectarnos con este proceso es importante tomar pausas y dar un paso atrás, conectándonos desde el amor propio y la compasión, que nos permite reconocer, aceptar e indagar, sobre nuestras emociones desde un lugar curioso y compasivo, desarrollando mayor aceptación hacia nosotros mismos y nuestra rica experiencia humana”, concluye la experta Marín.

Finalmente, la experta en temas de Felicidad, recuerda que otra manera de hacerlo es a través de un diario, en el cual se plasmen todas las experiencias y junto a los cuatro pasos del R.A.I.N., se logra llevar un mejor proceso personal.

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