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CATALINA LÓPEZ VEJARANO
Al pensar en las mascotas que han formado parte de mi vida, recuerdo el poema elaborado por Lord Byron para su perro, pues coincido en que son “Bellos sin vanidad, fuertes sin insolencia, valientes sin ferocidad, y tienen todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos”.
La mayoría de nosotros ha tenido la posibilidad de disfrutar de una conexión genuina con algún animal, como nos lo presentan en diferentes películas, por ejemplo, en Ferdinand el vínculo de una niña con un toro, en Hachi con el lazo incondicional establecido con un perro, entre otras. Todas estas cintas, tienen elementos disimiles en su trama, sin embargo, siempre hay aspectos recurrentes los cuales son la lealtad de los animales hacia los humanos y el amor reciproco.
Desde que tengo uso de razón, en mi casa me enseñaron a respetar a todos los seres vivos, y este fue un elemento crucial a la hora de establecer mi personalidad. Los que me conocen saben que soy una persona que cuando se siente baja de ánimo decide ir a compartir con sus perros, debido a que sus saltos, besos y movimientos de cola me llenan de alegría; que en las películas lloro cuando algún animal fallece o sufre; y que dentro de mis planes de vida esta poder llevar a cabo acciones que me permitan ayudar a que ellos tengan una vida digna y feliz.
Como amante de los perros, gatos, caballos y muchos más animales, me identifico con una frase de Gandhi, donde menciona que “la grandeza y el progreso moral de una nación se mide por cómo esta trata a los animales”. Tomando en consideración, los cambios que se han dado en los últimos años en Colombia, pienso que hemos crecido como sociedad. Por ejemplo, el implementar la Ley 1774 de 2016 donde se aborda la temática del maltrato animal, es un paso enorme para conseguir un mejor país. El ser testigo de un sinfín de iniciativas que buscan favorecer las condiciones de otros seres vivos; el iniciar sesión en redes sociales y observar cómo la gente busca hogar para las mascotas que han encontrado desamparadas; todas estas acciones me permiten tener la ilusión de que una mejor Colombia sí es posible.
El poder favorecer la condición de vida de otras especies es una acción realmente valiosa, y dice mucho sobre una persona. Este tipo de actitudes pueden llevarse acabo de maneras simples, como lo es dejar un recipiente con agua pura para que así puedan hidratarse o, con estrategias más elaboradas como campañas de adopción. Puede que para nosotros no implique un gran cambio o esfuerzo el llevar a cabo el ejercicio de dejar un poco de comida y agua fresca para los animales que no tienen una vida fácil, pero seguramente para ellos esta acción representará mucho más de lo que creemos.
Como ser humano, soy consciente de que poseo un gran número de defectos, por lo que los invito a potencializar las características que tenemos similares con otras especies; Ser tan leales, amorosos, alegres y felices como las mascotas que han hecho parte de nuestras vidas, y disfrutar como ellos lo hacen cada día.
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