¿Populista, Nayib Bukele?

LUCY AMPARO BASTIDAS PASSOS

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Cuando el actual presidente de El Salvador Nayib Bukele estaba de candidato a la presidencia, sus opositores, que hoy son como enemigos, lo señalaban de populista. Nayib entonces, con apenas 36 años visitaba las universidades para charlar con los estudiantes. Uno de ellos le preguntó: ¿usted es populista? Nayib respondió: si buscas en el diccionario, el significado de populista, dice que es quien defiende los derechos del pueblo. De acuerdo a esa definición, sí, es verdad que defiendo sus derechos, entonces me puedes llamar populista.

En Colombia cuando se quiere desprestigiar a alguien, sucede lo mismo, sobre todo si es candidato o candidata política, se le llama populista… y se le señala de que con sus propuestas quiere desestabilizar la democracia… que vamos a ser como Venezuela. Pero lo que se busca como dice Bukele, es defender los derechos democráticos de la gente, que precisamente la “seudo democracia” imperante por décadas no ha defendido, irrespetando la independencia de las instituciones legislativas y judiciales en los últimos gobiernos, casi como dictadura, eso sí, como en Venezuela.

En El Salvador y en Colombia los señores de la guerra, las mafias y la corrupción que atacan con desprecio a quienes llaman “populistas”, se agarran de patas y manos para defender la leche dorada del poder, invocando el fantasma del populismo, de un supuesto “salto al vacío”, será el vacío que sentirán ellos al quedar sin el poder, entonces inventan acusaciones falaces, al punto que otros hasta quieren matar al candidato “populista”, nada nuevo en nuestro país.

Bukele ha demostrado con mega obras que beneficia a la mayoría del pueblo salvadoreño, y a los empresarios como lo prometió. Así llega a una aprobación ¡del 94% de los salvadoreños! que lo ubica como el presidente más “popular” de América y del mundo.

Si en Colombia va a ser así, ¡bienvenido el populismo!

Coletilla de protesta.- Desde que se destapó toda esa corruptela del clan Char de Barranquilla, dejé de ir a la cadena de supermercados Olímpica que son de su propiedad. En un par de columnas anteriores me había quejado de la mala calidad de las carnes que venden allí. En varias oportunidades me habían salido dañadas, las patas de cerdo y sobre todo el pescado. Así mismo reclamé que no contribuyen al mejoramiento del entorno urbano donde se ubican, ni siquiera los andenes de acceso son reparados como pasa en Olímpica junto a Comfacauca, “que porque el local es arrendado” y no les corresponde a los Char arreglarlo, me dijo un vigilante. Lo siento por los empleados que en su mayoría son caucanos trabajadores y atentos. Pero como donde más les duele a los mega millonarios es en el bolsillo, decidí no volver a comprarles ni un rábano.

Prefiero apoyar productos regionales de campesinos, a tenderos o a dueños de micro mercados que después del confinamiento abrieron negocios populares. Si por hacer esto les dicen o me dicen populista, respondamos al estilo Bukele: sí, somos populistas.

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