VÍCTOR PAZ OTERO
Son muchas las veces, donde diversos sectores de nuestra sociedad, se han referido e identificado con la imagen, halagadora y gratificante, de considerar la ciudad como una ciudad auténticamente UNIVERSITARIA.
Le interesa leer… ‘¿Popayán ciudad universitaria?’
Está Percepción relativamente generalizada, sin embargo, supone más un deseo o una ilusión fallida que una realidad fundamentada en hechos concretos y reales que certifiquen la presencia y la vigencia de esa designación. Y no es que la percepción sea falsa ni que exprese solamente un deseo colectivo aún no realizado. Se trata solamente de una precepción fragmentaria, que para convertirse en un hecho real debe aún llevar a acabo una serie compleja de tareas, que por causas diversas aún no han logrado cristalizar para que la ciudad se transforme de manera efectiva en un verdadero y gran centro universitario. Lo que tiene que ser el verdadero e inexorable destino de una ciudad como la nuestra, PUES SOLO ASI PODRÁ PRESERVAR SU IDENTIDAD Y SU SIGNIFICACIÓN en el contexto cambiante de la sociedad nacional.
Cuando la sociedad asuma con responsabilidad ese proyecto de encauzar y articular esfuerzos en esa dirección encontrará su verdadera reconciliación con su destino histórico. Puesto que, si la ciudad en su conjunto no se compromete en ese propósito, el de convertirse de verdad en una ciudad universitaria, dejara de ser algo para convertirse en nada, o si acaso en una empalidecida leyenda del pretérito, pretérito que a veces se falsifica y el cual parece disolverse en la memoria y en la escritura del nuevo tiempo de la historia
Creo, y nadie puede llamarse a engaño con lo siguiente, que todos aceptamos la dolorosa significación que ahora entraña Popayán. Convertida en un ESPECIE DE CIUDAD DESPERDICIADA. En una ciudad que en el contexto nacional ha perdido relevancia e importancia en casi todos sus aspectos. Los elementos esenciales que podrían concederle cierto grado de presencia, en relación con los criterios con los cuales se valoran las nuevas realidades de la cambiante y acelerada historia nacional, fueron poco entendidos entre nosotros y profundizaron nuestra casi total marginalidad social y cultural en las ceremonias de la nueva historia. Nos hemos convertido apenas en una deshilachada y desteñida leyenda que cada vez naufraga en el olvido y en el descuido de los colombianos y aún dentro de los propios y nuevos payaneses.
Está crisis de significación la podríamos sintetizar diciendo que no fuimos capaces de ser contemporáneos del presente. Y esto, por supuesto, ha sido y sigue siendo una fatalidad, una fatalidad y también una calamidad que no puede continuar siendo, ni proyectado su poder disolutivo sobre muchos aspectos de nuestra existencia colectiva. Esto es algo que no puede negarnos la posibilidad de intentar reconciliarnos con lo que se podría nombrar como nuestro destino manifiesto en el devenir de nuestra cultura.
No estoy tratando de elevarle una plegaria al pesimismo, ni estoy celebrando las desgracias de un naufragio social y cultural, por el contrario se tratar de una reflexión realista y de una invitación pensada y razonable, para que como comunidad nos propongamos a rediseñar nuevos y posibles horizontes de futuro, elaborar una nueva VISIÓN DE CIUDAD y un proyecto con comprensiva y legitima lectura sobre nuestro confuso y amenazado presente.
Y es precisamente aquí donde volvemos a considerar el rol estratégico y fundamental que la universidad del cauca y las otras universidades ya consolidadas en la ciudad, tienen necesariamente que desempeñar en relación a un proyecto como el que implica el diseño de los elementos conceptuales que se articulan a la conversión de Popayán en la verdadera ciudad universitaria del sur oriente colombiano.
Inicialmente y dándole continuidad a lo que tentativamente denominamos “DIPLOMADO SOBRE POPAYAN” patrocinado por la universidad del Cauca, procuraremos e insistiremos en que sea también escenario y foro abierto para la reflexión y discusión de tan desafiante y apremiante necesidad sentida de la sociedad Payanesa.
Por ahora, como ya lo he hecho en ocasiones anteriores, continuaré en una prolongada serie de columnas del periódico el NUEVO liberal, en muchas consideraciones sobre este tema, que abarca muchísimos aspectos tanto del preterito con el confuso presente histórico que ha caracterizado el incierto devenir de nuestra regional historia.