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JORGE ELIECER ORTIZ FERNÁNDEZ
Conociendo los antecedentes y pormenores de cómo se desenvolvió de manera paralela el proceso de paz en nuestro país, el cual avanzo y que aún se viene evidenciando, en medio de una gran polarización, pues era difícil, diría yo que imposible, que en una mesa de negociación se sentaran los líderes políticos más connotados del país, esta vez para ponerse de acuerdo con algunas modificaciones de fondo en materia de la llamada JEP (Jurisdicción Especial para la Paz). Como diría algún historiador Colombiano, el florero de Llorente o la génesis que motiva este encuentro disímil de líderes, es nada más y nada menos, que la Caucana Paloma Valencia actual Senadora de la Republica por el partido político Centro Democrático, quien a expensas del Senado y del país mismo, pretendía introducir al acuerdo de paz en su capítulo JEP, la creación de una Sala especial para atender todo lo relacionado con los militares que decidieran acogerse a este mecanismo intrínseco en las negociaciones de paz, dirigido a obtener el reconocimiento de actos no propiamente ortodoxos por parte de la bota militar en tiempos de cruenta guerra contra los movimientos insurgentes denominados para la época Farc, y que muchos quisiéramos dejar atrás, para iniciar un nuevo proceso institucional donde rija el derecho a la vida, la igualdad de clases y a la riqueza distribuida en igualdad para que prime la armonía en todas las esferas sociales de nuestro país. Desde luego, la propuesta lo único que logro fue la de despertar gran controversia en el escenario democrático del congreso, hasta el punto que se llegó a pensar que el proyecto pasaría a engrosar la miscelánea de la retracción legislativa; la controversia también se trasladó a todos los escenarios de tertulia en el país que siguen paso a paso el desarrollo de los proyectos de ley que buscan dar abrigo a lo acordado en La Habana, so pena de perder todo el impulso y el esfuerzo que un grupo de colombianos, liderado por el ex presidente Santos, hicieron para que el país tomara nuevos rumbos hacia el desarrollo social que a gritos pedimos los colombianos y colombianas. Afortunadamente apareció en escena otro líder Caucano, que ante el inminente revés de la paisana, le lanzo el salvavidas que requería para sacar avante, considero yo, uno de los proyectos mediante el cual se reconoce que los hechos de guerra sucedidos en el país por casi 60 años, estuvieron revestidos de la más cruenta maldad ideada por personas que tenían el mando en los dos bandos (militares y guerrilleros) esto con el fin de lograr el tan anhelado triunfo en campos de guerra; es ahí entonces cuando el Senador Velasco, motiva el encuentro de las diversas fuerzas políticas del país, para que en un dialogo franco, directo y cara a cara, se construyera en pocas líneas lo que hoy tiene con vida a la JEP, así le cueste a los contribuyentes para funcionamiento una gran parte del pastel presupuestal de la nación con la incorporación de 14 nuevos magistrados. Este gesto de los Senadores Caucanos Paloma y Velasco, sin lugar a dudas que marcan un hito en la historia presente y futura del país; créanme que no es en vano lo dicho tanto por los Señores Petro y Uribe, “este no es el único dialogo que se puede dar en favor de los intereses de la nación”; seguramente que hacia el futuro tendremos que acostumbrarnos a la fotografía que ocupo a todos los medios de comunicación en especial en las redes sociales; diría yo que en el futuro inmediato y hablando en materia electoral, la fotografía se repetirá, claro no con todos los actores, por obvias razones, pues en materia de asumir el poder, ahí si esta para decir “nunca se encontraran” los polos opuestos, pero si nos encontraremos quienes manejen las banderas de la moderación y el altruismo al servicio del país y de las regiones.
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