EDWIN DARÍO LIS HERRERA
Permítannos referenciarnos a una persona conocida en Popayán y, gestor de grandes luchas sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles en el departamento del Cauca, nuestro padre, abuelo, bisabuelo, amigo, gestor cultural, compañero y camarada: Gerardo Lis.
Desde muy pequeño, a su edad de 5 años, junto con nuestra bisabuela paterna, Margarita Lis, trabajadora doméstica, en familias de las más connotadas en la ciudad como los Paredes Pardo, entre otras, mira las injusticias cometidas a su señora madre.
Conmovido por las vivencias testimoniales en conversación simple y sencilla llena de amor ternura y llanto, entre nuestra bisabuela, abuelo, bisabuelo y padre y lo visualizado por este niño, empieza todo un recorrido de crecimiento que lo lleva a empoderarse desde muy temprana edad en la preparación para el rebusque.
Su niñez, va con el acompañamiento de su madre en apoyo de las actividades domésticas y anhelos de crecer rápidamente para poder tener trabajo diferente que le permitiese crecer mutuamente. De esta forma, con sus sueños puestos en entrar a una escuela de primaria inicia sus estudios escolares en la escuela Jose Hilario Lopez, sobre sus siete años. Su fin, ayudar a su señora madre y hermano.
En sus recuerdos están las palabras que le decía “mijito, no te vayas a quedar como yo, sin leer y escribir. Anda y estudia, que aunque sea lavando ropa y aplanchando saldremos adelante, aprenderás en la escuela”.
Para ellos, no fue una situación fácil por cuanto tuvieron que vivir humillaciones y dejar parte muy valiosa de vida, la de un hermano suyo, niño, con epilepsia. No aceptado por estas familias de las elites payanesas, que lo mandaron para Pasto, al hospital psiquiátrico, diciendo que el niño estaba loco. Este hecho, genero un dolor fuerte en nuestra bisabuela, teniéndolo que recoger y enviarlo para la ciudad de Bogotá, a un centro de recuperación mental donde nunca más volvieron a saber nada de él. Este hecho quedo en la memoria de nuestro padre, abuelo y bis abuelo, que hoy, recuerda con mucha nostalgia.
Personas como ella, traían en sus recuerdos y en su infancia los registros de la guerra de los mil días, la desintegración del Gran Cauca, la violencia y escuchando, como estas familias aristocráticas, lo único que les interesaba era su status familiar y su propio beneficio
Opción presentada de poder darle una mejora a su hijo caso – nuestra bisabuela – era colocándolo a estudiar un arte u oficio artesanal. Por supuesto, el seleccionado, la carpintería. La razón, la significancia que ciertos artes u oficios tenían para la época y el papel de los artesanos en la vida de la sociedad payanesa.
Ubiquémonos geo referencialmente, la familia, Paredes Pardo, su vivienda quedaba donde hoy funciona la Alcaldía Municipal de Popayán, para dimensionar parte de la elite que manejaban el Cauca.
Era tan grande el atropello sometido a su señora madre, que ella, decide salirse de trabajar de estas familias y sale a vivir al barrio Alfonso Lopez, en un cuarto o cambuche, que construyen en tablas, tapando sus rendijas con papel periódico para protegerse del frio y la humedad. Ellos, necesitaban de una mano prodigiosa y fue encontrada por una amiga proveniente de Inza – Cauca, origen de nuestro árbol genealógico, que les brindo abrigo y calor.
Para entonces, la gente lavaba ropa en el rio molino, limpio, cristalino, sitio de entretenimiento, permitiéndoles sobre piedras refregar las prendas de vestir y enjaguarlas; para luego, arreglarlas con planchas de carbón. Su clientela, estudiantes de la Universidad del Cauca y familias, que se solidarizaban con ella.
¡Como no recordar ese hermoso sitio a la altura del colegio Industrial, añora, nuestro señor abuelo! Como este hermoso rio, que atraviesa Popayán, también estaban el rio Cauca, entre otras quebradas que sirvieron de apoyo y entretenimiento. Así fueron levantadas, familias como la nuestra. De esta manera, empieza una nueva etapa de vida para nuestro abuelo, que hoy gracias a Dios, goza de salud y vida, con 85 años de edad. Hombre que nació en la ciudad de Popayán, el 22 de febrero de 1935.