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La escena era cruel, dolorosa. El bebé gateaba por un andén, solo, con la ropita sucia y rasgada. Su piel oscura por el polvo, el cabello ensortijado, en medio de una mirada inocente, propia de un bebé de once meses.
La gente del barrio Santa Catalina Dos, al ver la escena, se enterneció, no soportaban ver que desde la madrugada esta criatura permaneciera en la calle, bajo el frío y al lado de una abuela completamente borracha, salida de sus cabales.
Una escena indignante, que hizo que la ciudadanía pidiera, con urgencia, ayuda a la Policía. Pedían una intervención rápida, porque no era la primera vez que presenciaban este abandono.
“La gente denunció este caso a la línea 123, explicando que la abuela permanecía desde la madrugada con el pequeño, transportándolo en un coche por el sector, en medio del intenso frío. De ahí que al sitio llegara la patrulla de Infancia y Adolescencia, los funcionarios se encontraron con una escena indignante: el bebé en el piso, con la pijamita rasgada, sucio, orinado…, un estado que requería una pronta intervención”, explica el subcomandante de la Policía Metropolitana de Popayán, teniente coronel Edwin Toro.
Tras verificar el deplorable estado del bebé, los funcionarios no dudaron en intervenir para restablecer sus derechos, pero antes brindaron una serie de cuidados al pequeño, como asearlo, cambiarle el pañal y darle leche tibia con avena, alimento que cambió el semblante de este angelito.
“Como una de nuestras funcionarias tiene un bebé casi de la misma edad, entonces a este pequeño se le brindó la correspondiente asistencia para ya después conducirlo al Centro Zonal, donde quedó a disposición de un defensor de familia, en relación con la historia de los padre, los policías comprobaron que la custodia la tenía la abuela porque la mamá ya se encuentra en situación de calle, a raíz del consumo de alucinógenos”, acota el oficial.
La Policía recordó que el Código Penal consagra como delito el abandono de un bebé.
“El que abandone a un menor o a persona que se encuentre en incapacidad de valerse por sí misma, teniendo deber legal de velar por ellos, incurrirá en prisión de dos a nueve años”. Y precisa la norma: “Si la conducta descrita en el inciso anterior se cometiere en lugar despoblado o solitario, la pena se aumentará hasta en una tercera parte”.
De ahí que se evalúa si la abuela se vio involucrada en alguna falta a la ley, a la par que se adelantan campañas para que casos como este no se vuelvan a repetir, instando a los payaneses a denunciar a tiempo.
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