Patrulla de Género, busca replicarse en más municipios del Cauca

La Patrulla de Género de la Policía Metropolitana de Popayán se creó hace dos años y sirvió como piloto para que hoy tres ciudades más cuenten con esta iniciativa. En la capital caucana a diario se pueden atender en promedio seis casos de violencia contra la mujer. A la fecha se estima que hay más de 50 mujeres en riesgo extremo por este tipo de actos.

Por: Olga Portilla Dorado

@olguitapd

Patrulla de Género, busca replicarse en más municipios del Cauca.

“Lo satisfactorio es ver a una mujer renacer, a veces vamos por la calle y nos encontramos a una mujer que ayudamos y nos dice: ‘encontré mi paz, encontré mi tranquilidad porque ya no estoy con él, ya no permito que me golpeen, ya no permito que abusen de mí’. Ver a una mujer triste, llorando, estropeada y a los días verla arreglada, sonriendo y con sus hijos en una buena situación, es satisfactorio, porque fuimos una parte que ayudó a que ella se reencontrara con sí misma”, comenta la Subintendente Lucero Gaviria, una de las policías que hace parte de la Patrulla de Género de la Policía Metropolitana de Popayán.

Ella es la “psicóloga del grupo”, dicen sus compañeros, quien llega a mediar en la situación que se atiende, es quien habla con la víctima, quien recibe en todo su ser la historia de esa persona que ha sido maltratada o de aquella que quiere quitarse la vida (porque intentos de suicidios también han atendido). En la mayoría de los casos, tanto de violencia como de intentos de suicidio, son mujeres. Para Lucero es satisfactorio narrar que en muchos de ellos ha logrado persuadirlas para que no se hagan daño o para que busquen ayuda e inicien la ruta de atención.

“Saber que uno contribuye para que una mujer reaccione en que la vida es hermosa y nada ni nadie merece que dejemos este mundo, es muy positivo. Contribuir para que una mujer recupere el amor propio, ayudar a salvar una vida, es un logro grande para nosotros”, agrega la Subintendente.

Junto a ella están la Teniente Ingrith Suárez,  comandante de la Patrulla de Género de la Policía Metropolitana de Popayán, y el Patrullero Sergio Orozco, conductor del vehículo, y quien apoya a las mujeres en los casos donde el victimario se torna agresivo o simplemente se presta para dialogar con él.

Esta Patrulla de Género se creó en diciembre del 2016, y aunque aún no se ha institucionalizado y por ende no hay cargos específicos ni se ha podido ampliar más el equipo o se ha logrado tener más vehículos para atender los casos, se espera que ese trámite se dé pronto.

Pero la labor de estos tres policías va más allá de atender casos, que en Popayán pueden ser unos seis por día; las denuncias son permanentes por todo tipo de violencia: lesiones personales, amenazas, constreñimiento, violencia intrafamiliar, y violencia sexual; a la fecha, según las cifras que esta Patrulla maneja, hay entre 50 y 60 mujeres en riesgo grave y extremo por este tipo de hechos.

“La Patrulla de Género nació por la necesidad que tienen las mujeres de una atención personalizada y también con base en la estrategia de protección integral a mujer, familia y género que hace parte del modelo nacional de vigilancia comunitaria por cuadrantes, además es una respuesta a la Ley 1257 de 2008 (Ley de la no violencia contra la mujer)”, explica la Teniente Ingrith.

Después de que se creara en Popayán sirvió de piloto para que ciudades como Cali, Tunja y Pasto la replicaran, y hoy cuenten con este apoyo.

Una labor más allá del control

Esta fotografía hace parte de una feria de prevención de los grupos de la Policía Metropolitana en el Valle del Ortigal. En ese lugar, actualmente se está trabajando con un grupo de jovencitas en el fortalecimiento de sus proyectos de vida.

“Salvar vidas”, en eso se podría resumir la labor que hacen la Teniente Suárez, la Subintendente Gaviria y el Patrullero Orozco; trabajan todos los días, desde muy temprano en la mañana hasta las 10:00 de la noche, pero no solo en actividades de control, o acudiendo a los casos que les reportan las entidades que hacen parte de la ruta de atención o el personal de vigilancia, sino que se dedican a hacer proyectos y actividades de prevención y capacitación.

“Es muy significativo poder aportar al cambio de esas costumbres que por generación han trascendido y poder aportar a que la mujer sea más empoderada y respetada sobre todo en la cultura caucana que es algo machista. En los seis meses que llevo, dos veces hemos atendido casos de hombres que han sido violentados”, Patrullero Sergio Orozco.
“Acudimos al llamado de Medicina Legal, Defensoría del Pueblo, de los Hospitales, de la Fiscalía, porque en la mayoría de los casos de violencia es allá donde primero llegan, a no ser que sean casos en flagrancia y la Policía del cuadrante sea la que dé aviso. Pero también realizamos actividades de prevención, capacitación y sensibilización, que son muy importantes porque las mujeres en ocasiones desconocen algunos tipos de violencia, la importancia de denunciar, de conocer una ruta de atención, las líneas a las cuales ellas pueden acceder”, explica la comandante de la Patrulla.

Así mismo, entre sus tareas buscan articular con todos los integrantes de la ruta para que la atención sea efectiva y se puedan garantizar los derechos de las mujeres, porque entre las “quejas” de ellas está que las denuncias quedaron allí y no pasó nada, entonces los integrantes de la Patrulla contribuyen a verificar qué ha pasado, dónde está el “cuello de botella” para poder ayudarles a agilizar este trámite en la ruta de atención.

“Cada caso tiene su especificidad, lo que buscamos es la garantía de derechos, infortunadamente nuestra labor no logra cubrir la responsabilidad de todos los integrantes de la ruta, nuestra responsabilidad se enfoca en permitirle acceder a esos derechos y que cada entidad haga su labor”, agregó Suárez.

Las experiencias no exitosas

155 es la línea de atención jurídica y psicológica, a nivel nacional. Y el 3506641776, es la línea a nivel local de la Patrulla de Género.

Los tres integrantes de la patrulla de género coinciden en que hay casos tristes y en los que ellos quisieran su actuar pudiera ir más allá, por ejemplo cuando las mujeres denuncian violencia contra ellas y a los pocos días regresan con sus parejas, o cuando algún familiar o vecino llama a la policía por algún hecho de violencia y cuando se llega al lugar las mujeres deciden callar y no denunciar.

Para estos policías es triste esa situación, aunque hayan cumplido su labor, queda ese sinsabor de que aún hay una (o más mujeres) que decidió seguir en ese ciclo de violencia.

“Son muchos casos, cada uno tan diferente y especial, en los que hemos ayudado a mujeres que viven en condiciones poco dignas para ellas y para sus hijos, tanto físicas como emocionales, donde el ejemplo para sus hijos no es el mejor, donde ha sido complejo gestionarles ayudas o un hogar de paso, y al final esa mujer decide continuar en ese ciclo de violencia, en el que infortunadamente no podamos obligar a salir de ahí, es triste que quieran continuar con ese victimario”, puntualiza la Teniente Suárez.

Aunque son solo dos años que lleva esta Patrulla, entre los logros que se destacan, además de haber sido una iniciativa piloto en el país, es que el año pasado, la Alta Consejería Presidencial, la consideró como una experiencia exitosa de la Policía Metropolitana de Popayán; incluso se hizo el requerimiento para que otros municipios del Cauca, donde la violencia contra la mujer es alta, se pueda establecer este modelo.

Quizás uno de los primeros municipios podría ser Santander de Quilichao, el cual visitarán esta semana por invitación de una concejal, que está interesada en replicar la Patrulla de Género en esta zona del Cauca, además de sensibilizar a los policías de la zona norte del Cauca.