Patatas belgas en las calles de Popayán
10:15 am 28-Agosto
Por: Marco Antonio Valencia
En 14 años del Congreso Gastronómico, 14 países y 14 regiones de Colombia han venido a prender sus fogones a Popayán para mostrarnos qué cocinan y cómo lo hacen.
El fogón de Popayán, como la llama Olímpica nunca se apaga, y se espera con ansiedad que cada año, unos invitados especiales vengan a atizarla, y sus chefs y cocineros aprendan de lo que somos mientras nosotros aprendemos sobre su cultura, lo que comen y cómo lo preparan.
Este año el invitado especial es el Reino de Bélgica, uno de los países bajos, conocido como “el campo de batalla de Europa” por ser escenario de la primera batalla de la Primera Guerra Mundial, entre otras. Un territorio de aproximadamente 31 mil kilómetros cuadrados, de 12 millones de habitantes, divido en tres regiones por razones lingüísticas, que obliga a tener tres lenguas oficiales: francés, neerlandés, alemán. Bruselas es su capital, y entre las ciudades más reconocidas están Lieja, Charleroi, Brujas, Namur, Mons, Countrai y Hasselt.
Actualmente Bélgica es una monarquía constitucional federal, donde votar para la elección de sus parlamentarios es obligatorio, y el jefe de estado es el rey, que gobierna a través de un primer ministro.
Bélgica es uno de los países más desarrollados del mundo con industrias mineras, textiles, petroleras y químicas, con excelente infraestructura de transporte representado en puertos, autopistas, canales y ferrocarriles, con un comercio exterior amplio que negocia con automóviles, productos alimenticios, maquinaria, diamantes, petróleo, químicos, vestimentas, accesorios, y tejidos.
El 47% de su población es católica, pero en su suelo también habitan judíos, musulmanes, francmasónicos, librepensadores, protestantes, ortodoxos, y gente que no se identifica con ninguna religión. El 98% de su población esta alfabetizada, siendo las universidades de Lovaina, Amberes, de Gante, de Lieja y de Namur las más reconocidas. Eso sí, tiene el orgullo de tener tres premios Nobel de medicina, uno en literatura, uno en química y uno más en física. Es una región donde la esperanza de vida son los 81 años, teniendo un sistema de salud privatizado donde la mayoría de las veces el paciente paga directamente los servicios y posteriormente se le reembolsa por la compañía de seguros.
Los escritores más conocidos entre nosotros son Georges Simenon y Marguerite Yourcenar famosa por su libro “Las memorias de Adriano”. Con pintores famosos como René Magritte, Rubens, Brueghel, Van Dick y Paul Delvaux. Pero igualmente, Bélgica es la capital europea de la producción de historietas, de allí proceden Comanche, Lucky Luke, Los Pitufos y Tintín, entre otros.
En cuanto a la cultura gastronómica propiamente hablando, en todo el mundo se habla de la gran variedad y calidad de sus cervezas y chocolates artesanales. Por demás la comida tiene mucha influencia de la cocina francesa con productos típicos de su región destacándose la preparación de patatas fritas, gofres, carnes y coles.
Se dice que en cuestión de comida los belgas son tragones como los alemanes y tan finos para preparar sus alimentos como los franceses, eso para explicar la gran variedad y exquisitez en la cocina, pero donde todo lo sirven en grandes porciones.
Son comunes en la cocina belga las patatas, el pescado, las recetas con mejillones, la anguila, el jamón, las carnes, las endivias blancas y frutas como peras, fresas y manzanas, en la preparación de muchos de sus alimentos.
Dentro de los aportes culinarios de los belgas están los gofres o waflles (en inglés), que aconsejan degustar calientes, espolvoreados con azúcar o nata; así como el pudín o torta de pan y el pastel de arroz.
Eso sí, seguramente veremos por las calles de Popayán muchas ventas de patatas fritas en grasa de buey, algo muy popular entre los belgas que ya los distingue en toda Europa por ser un alimento liguero, agradable y fácil de digerir.
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