Una Ley animalista de verdad

Editorial

Por: Marco Antonio Valencia Calle

Con ponencia de la senadora Andrea Padilla de Alianza Verde se comenzó a debatir en el Senado una ley para proteger la vida e integridad de los animales, evitándoles sufrimiento en prácticas culturales y de entretenimiento.

Ya en el 2010 la Corte Constitucional se había pronunciado al respecto, pero el tema se quedó en el tintero cuando se argumentó el derecho al trabajo de las miles de personas que viven alrededor de dichos eventos, además de entorpecer un asunto de la idiosincrasia nacional.

Ante esas inquietudes laborales y culturales la propuesta que discute ahora la Comisión Quinta del Senado (responsable de legislar sobre temas de ecología y recursos naturales), plantea un lapso de dos años para que el Estado implemente alternativas económicas para esas personas que se dedican de manera legal a las actividades de entrenamiento, pero que son considerados cruel en el manejo de animales.

Incluso, va más allá y propone derogar unas leyes promulgadas por el mismo congreso donde políticos costeños lograron que eventos como las corralejas sean consideradas patrimonio artístico y cultural de la nación, autorizando al gobierno a financiarlos.

Si la ley pasa, y todo está dando para que así sea (promesas de campaña, gobierno progresista, políticos enarbolando banderas animalistas, presiones internacionales) en dos años quedarían prohibido las corridas de toros, las novilladas, las tientas, las becerradas, el rejoneo, las corralejas y las riñas de gallos en todo el territorio nacional.

Propuesta basada en estudios científicos confirman que los animales tienen capacidad de recordar acciones y consecuencias. Que son capaces de valorar riesgos y beneficios de sus acciones, además de expresar sentimientos como felicidad, placer, miedo, rabia o frustración. Es decir, que los animales tienen algún grado de conciencia, y frente a ello, los humanos entendemos el significado del sufrimiento, y por lo tanto, nuestra relación y comportamiento con ellos debe evolucionar.

Con esta ley, el congreso al atender  las quejas  de mal trato que existen, busca controlar el ingreso de menores de edad a eventos públicos con animales para evitar exponerlos a experiencias traumáticas psicológicamente; donde incluso, se ingieren bebidas alcohólicas, que también estarán prohibidas.

Pero hay más: si bien se permitirá el uso de animales para eventos culturales donde no salgan heridos o muertos, se prohibirá que el estado los patrocine y apoye económicamente. Los impuestos producidos por éstos eventos deberán pagarse antes de ocurrido el evento y todo el dinero obtenido por las multas que se generen por incumplimiento de la ley serán para actividades de protección animal.

Como quien dice, las fiestas populares, ferias municipales  patronales o tradicionales que han tenido entre su programación riñas de gallos, becerradas, corralejas y corridas de toros van a mutar e invitamos a los caucanos a dar ejemplo nacional desde ya.

Nuestros gobernantes que antes patrocinaban estos eventos a través de la Lotería y la Licorera, entre otras, con el argumento válido de apoyar expresiones tradicionales, ya no podrán hacerlos si en la agenda hay actividades con animales.

De esta manera se comenzará a cumplir la orden de la Corte Constitucional donde se apoya la cultura pero sin perjudicar a los animales.

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