Popayán y la movida cultural

Editorial

Por: Marco Antonio Valencia

Propios y extraños se maravillan de la movida cultural que tiene la capital del Cauca, un departamento que no tiene Secretaria de Cultura, ni la tendrá porque no hay dinero para su financiación, dicen desde Planeación departamental, pero tampoco interés de los políticos que gobiernan, según la queja de los gestores culturales.

Sin embargo, hemos logrados construir y desarrollar una agenda anual variada, interesante, inclusiva y sobre todo en beneficio de propios y visitantes.

Una agenda que permite a los artistas y artesanos y personas vinculadas al sector de la cultura, mostrar su potencial; incluso, generar empleo y recursos, entre otros tantos beneficios. Y todo gracias a la fortaleza intelectual y espiritual de sus creadores y organizadores.

Detrás de cada evento cultural o deportivo hay implicadas una cantidad de personas trabajando y poniendo un granito de su esfuerzo para que todo salga bien. Y es increíble la mística, el amor y el entusiasmo que ponen en esta ciudad a la hora de realizar eventos.

Pensar, programar, idear, proyectar, soñar, diseñar, forjar; es decir, llevar a cabo un evento requiere talento, osadía, alegría, amor por la cultura, fuerza de voluntad, además de tiempo y recursos. Acciones tangibles e intangibles a los que nuestros gestores culturales no han sido inferiores.

Actuar, cantar, bailar, danzar, teatralizar, fotografiar, declamar, leer, interpretar o tocar instrumentos, son actividades que necesitan de un aprendizaje lento y paciente, de muchos años de trabajo individual y colectivo. Un esfuerzo que implica estudio, inversión, tiempo, ilusión y apoyo de la familia y el Estado. Detrás de cada artista y artesano hay horas y seguramente años de preparación, a veces solo para exhibirse durante unos pocos minutos.

Detrás de cada artista, de cada escenario, de cada montaje artístico, existe un montón de gente anónima trabajando en la logística y servicios generales. Hablamos de tramoyas, luces, escenografía, sonido, vestuario, maquillaje, tarimas, equipos de filmación. Y todo eso requiere preparación y una costosa inversión de recursos, además del cuidado y el buen manejo.

Una presentación en tarima, de recinto o callejera, requiere un amplio personal de apoyo. Personas pendientes de la seguridad, la venta de boletería, la promoción, las relaciones públicas, la prensa, las redes sociales, los afiches, la impresión de boletería, el diseño de escenario, la locución y presentación, la atención de los artistas y el público, la cafetería, las gestiones para el pago de impuestos, los baños, la solicitud de permisos al municipio. En fin, un trabajo de logística administrativa enorme, muchas veces difícil y dispendioso.

Un evento cultural tiene público de la ciudad, pero igualmente compromete visitantes, turistas y artistas. Entonces se movilizan hoteles, restaurantes, transportadores intermunicipales y locales, artesanos, guías de turismo, cafés, bares, discotecas; entre muchos otros, incluyendo las ofertas de economía no formal que nunca faltan.

Además del Congreso Gastronómico y La Semana Santa que moviliza miles de personas en pro de la cultura, el empleo y la economía local, tenemos festivales de Cine, recitales de poesía, festivales de teatro, cuentería, música religiosa, artesanías, observación de aves, feria de libro, entre otros muchos eventos como seminarios académicos, conferencias y simposios de profesionales en diversidad de áreas que se convocan frecuentemente desde diferente instituciones incluyendo las aulas universitarias.

Desde El Nuevo Liberal un aplauso para nuestros gestores culturales y una felicitación grande al diverso público visitante por acudir a todos los distintos llamados que se les hace para participar con altura y civismo.

Este periódico quiere apoyar la agenda cultural del Cauca y ser vocero de sus expresiones. Bienvenidos.

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