Columna de opinión
Por Walter Aldana
Convertir las crisis en oportunidades es responsabilidad de los gobernantes y de la clase dirigente; es eso lo que debemos hacer para afrontar la búsqueda de la naturaleza, de su histórico lugar en el territorio.
Desde hace más de siete décadas y por efecto del impacto de la falla de Romeral en las vías regionales, incluso en la carretera internacional, se comenzó a hablar de la necesidad de construir una variante.
Hace 45 años un grupo de ingenieros realizó el estudio para subsanar el efecto de la falla en la vía Panamericana; el paso siguiente era iniciar su construcción con financiación estatal; pero pudieron más los mezquinos intereses de los políticos y el frío cálculo electoral de la supuesta pérdida de apoyo de sufragantes en Rosas y el Bordo Patía, que la racional decisión de ponerla en marcha garantizando tratamiento integral a estos sectores geográficos: participación comunitaria en las definiciones de alternativas; aseguramiento del mantenimiento de la vía, acondicionando para el mercado subregional en el caso de El Bordo; acceso favorable apoyado por el gobierno a comerciantes de comidas y otras actividades que se desarrollen en dicha localidad; entre otras. Las Lideresas y líderes sociales, políticos y gremiales de estos lugares tienen desde hace tiempo propuestas, no escuchadas por anteriores gobiernos.
La crisis a raíz de lo sucedido en Rosas evidencia el estado catastrófico de nuestras vías terciarias, cualquiera que tomes: del Hoyo al Tambo, de La Depresión a Rosas, de La Herradura en Almaguer a La Vega o Piedra sentada, Puente fierro, Santa Rita, El Recreo.
Y por la mala información del Mintransporte se estigmatizó a una comunidad Nasa asentada en el territorio a raíz de la masacre del Nilo, en Caloto, señalandolos de querer sacar provecho de la situación “pidiendo plata”, cuando en realidad exigían el derecho a la compensación económica por la ruptura de su territorio para hacer una de las vías determinadas como solución, como lo aclaró el Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC-.
Ha surgido de nuevo el abuso en los precios de las líneas aéreas de transporte de pasajeros, que operan sin control, o el cobro del peaje en El Mango, jurisdicción del municipio de La Sierra, aberrante confirmación de que a los conglomerados económicos sólo les interesa la plusvalía, así sea a costa del sudor y el dolor de los usuarios.
Como antónimo a estas prácticas del poder privado, el Sr. Presidente llegó a Rosas, habló con la gente, presentándose momentos de exaltación de la solidaridad, y anunció que ésta debe ser una oportunidad para el departamento del Cauca y el Suroccidente Colombiano: la respuesta gubernamental se traducirá en la reubicación de las personas afectadas, apoyos inmediatos de aseo y alimentación y la doble calzada hasta Nariño, con una inversión de $14 billones.
Las comunidades no se quedaron atrás: puestos de agua de panela o café con macitas, permisos a muchos viajeros para descansar, minga con sogas para sacar del barro los vehículos “pegados”, por las continuas lluvias y la falta de cultura vial de muchos motociclistas y conductores.
Espero se mejore la malla vial, el censo de zonas de riesgo y la gestión para su atención; se defina la prohibición de minería legal en la corona del macizo y el cese de concesiones del agua de la región; el impulso gubernamental a los sistemas productivos, con entrega de tierra, titulación de predios, crédito, abonos y garantía de comercialización, en un clima de paz total, que no quiere decir el fin de conflictos sociales, pero sí definitivamente, la NO utilización de la violencia armada para dirimirlos.
Gracias a Dios, no hubo víctimas que lamentar, que sea ésta una oportunidad para poner en la agenda de los ministerios, nuestras alternativas, socializadas en el “diálogo regional con carácter VINCULANTE, realizado en el mes de noviembre del año anterior.