El Cristo sin Techo

Por: Nicolás Escobar Bejarano

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S

iempre me ha parecido maravillosa la obra del escultor y artista canadiense Timothy Schmalz, quien influenciado por la estética de  Auguste Rodin, ha realizado creaciones maravillosas las cuales rondan por todo el mundo.

La más reciente, es sin duda, la escultura de seis metros de altura y tres toneladas de peso denominada “Ángeles sin saberlo”, ubicada en la plaza de San Pedro en Roma. Esta obra busca recordar a los feligreses el sentido de la hospitalidad pues, muestra un grupo de 140 migrantes y refugiados en un bote, los cuales llevan prendas de vestir de diferentes culturas y momentos históricos.

Sin embargo, también me ha llamado mucho la atención la estatua “Jesús desamparado” creada por Schmalz, en la cual hace un llamado a la reflexión y la acción social, pues denuncia el diario vivir de las personas que viven en la calle; la escultura representa a Jesús de Nazareth (conclusión a la que llego después de ver las heridas de los clavos en sus pies), envuelto en una manta y acostado en una banca.

Sin duda alguna, este tipo de esculturas nos llevan a reflexionar sobre nuestra vida, pero también se hace necesario reflexionar sobre nuestra realidad social.

En Colombia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), sólo en el 2019, el porcentaje de personas en situación de indigencia aumentó en un 9,6%, en las cabeceras, fue de 6,8% y en los centros poblados y rural disperso de 19,3% -cabe precisar que estas cifras no analizan el impacto de la pandemia del coronavirus-. Lo anterior me obliga a creer que el “estado social de derecho” es sólo un hermoso poema escrito en la constitución del 91, pues basta con salir a la calle de cualquier ciudad y mirar a una esquina para ver a un habitante de calle y, más allá de ver a un refugiado, anciano o un tóxico dependiente, lo que observo es a un cristo sin techo.

Adenda: La semana pasada falleció la reina Isabel por ende el sucesor será el rey Carlos III, un tipejo que -según dicen- se preparó durante 73 años para este momento. La monarquía británica es básicamente como mascotas, eso sí muy caras, porque viven de los impuestos que paga la gente, pero sus funciones son más bien diplomáticas, es decir de adorno. ¿Sera que uno debe prepararse 73 años para poner un sello?