Columna de opinión
Por: Sebastián Silva-Iragorri
Siempre en mis campañas políticas me gustó conducir mi propio carro, en contadas excepciones no lo hice, en especial cuando iba repasando documentos y cifras sobre temas a tratar en las regiones por visitar. En cierta oportunidad me dirigí hacia Corinto con 3 acompañantes políticos que amenizaban el viaje con anécdotas e historias del mayor interés. Eran tiempos en que se podía viajar, incluso con confianza, porque hubo otros viajes muy difíciles cuando se encontraba uno con guerrillas por todos lados incluso con sus propios retenes y que milagrosamente lográbamos superar con serias explicaciones profesionales.
Este viaje que realizaba hacia Corinto tenía 2 motivos, uno era la visita política a la región y el otro porque quería conocer la hacienda de “Quebradaseca” que perteneció a la familia Iragorri por cerca de 125 años y donde nació mi abuelo materno en 1886, además mi bisabuelo, Carlos Iragorri Carvajal, se accidentó allí en un caballo y murió posteriormente. Muchos hechos y acontecimientos ocurrieron en torno a esta heredad, entronques familiares, negocios, trabajos agrícolas, desprendimientos, la historia de Obando, cuya paternidad se atribuía a Don José de Iragorri propietario de la hacienda y muchas otras leyendas que enriquecieron su transcurrir. Al observar la Casona de lejos, experimenté una intensa emoción, me pareció hermosa la vista que superaba mis expectativas. Entrando a sus terrenos sentí que una de las llantas del carro estaba muy baja y de inmediato paré y todos los ocupantes nos bajamos a colaborar con el cambio respectivo. Cuando abrí un compartimiento del carro encontré de sorpresa un documento muy bien conservado y con un título especial que decía “Estructura del sistema financiero colombiano” y del cual no recordaba su procedencia y no correspondía a mi letra. De inmediato lo guardé en mi cartera de viaje para analizarlo luego y procedimos, cambiada la llanta, a visitar la hacienda que en esos momentos estaba ocupada por la Brigada que operaba en esa región. Luego de la visita, logré obtener unas fotos de la Casona que sirvieron después para un cuadro que me pintó Kike Fals y que sorprende por lo fiel, atractivo e impactante. Cuentan que Don José de Iragorri que llegó de Zeberio, Vizcaya, País Vasco, por su condición de médico tenía algunos bienes de fortuna y que cuando adquirió “Quebradaseca” lo hizo con el convencimiento de adquirirla en uno de los mejores sitos, por clima, paisaje, belleza y además porque le permitía cabalgar mucho por sus alrededores.
Cuando regresé a la casa en Popayán extraje el documento encontrado y empecé a analizarlo con los conocimientos que ya tenía por mis estudios de derecho y economía. Estaba en esas cuando tuve la noticia que a través de una Head Hunter se había abierto un concurso para obtener la Vicepresidencia Nacional del Banco Agrario. Me inscribí y la Head Hunter nos realizó todo el proceso a varios aspirantes, logrando afortunadamente obtener el mayor puntaje y luego en consecuencia ser seleccionado por la Junta Directiva del Banco por unanimidad.
Siempre he pensado que ese documento que encontré fue como una premonición de lo que vendría para mí desde el punto de vista laboral. Algunos dirán que es casualidad, pero otros como yo, lo atribuimos a anuncios e inspiraciones o avisos de Dios.
Aún conservo el documento y debo decir que me sirvió cantidades para comprender a fondo toda la estructura de nuestro sistema financiero y para desempeñarme con pleno éxito en esa Vicepresidencia Nacional, que tal vez ha sido el cargo de mayor trabajo y responsabilidad desempeñado en toda mi trayectoria. Realmente hay cosas sorprendentes en la vida.