Editorial
Por: Marco Antonio Valencia
Esta es alcalde la “cara” y “cruz” de su gestión.
En la “cara” el alcalde de Popayán Juan Carlos López Castrillón tiene logros que a diario registramos porque estamos atentos y nos interesa tomarle el pulso a nuestra ciudad y nuestros lectores lo demandan, señalando de paso que la alcaldía tiene una oficina de prensa haciendo bien su tarea.
La impresión general, es que tenemos un alcalde proactivo que no se le esconde a la gente, un alcalde que es amigo del diálogo y hemos visto que él mismo se pone la camiseta para mantener informada a la gente de su gestión a través de las redes sociales.
Un tipo querido con los ciudadanos, asiste a los eventos programados por su administración en todos los sectores y se le nota que ama la ciudad para la cual tiene grandes sueños. Sueños que más pronto que tarde queremos ver hechos realidad (porque hizo promesas, y porque hay sectores de la ciudadanía que siguen esperando el resultado de sus anuncios de campaña).
Lo cierto es que el doctor López Castrillón no es un alcalde de oficina, y realiza con fuerza sus ejercicios de comunicación mostrando logros, por pequeños que sean. Y como queremos y amamos esta ciudad, todo lo positivo y bueno que salga de la administración municipal lo celebramos, aplaudiremos y hasta nos pondremos de pie. La ciudad gana, la comunidad se beneficia. Gracias por lo hecho alcalde.
Ahora bien, “la cruz”.
La pesada cruz que lleva nuestro mandatario y por lo que algunos le gritan “que la pida” como a los cargueros de semanasanta, cuando van descuadrados y haciendo más mal que bien su tarea, son los temas de seguridad ciudadana y el caos vehicular que sufrimos a diario.
Los cacos de poca monta, los pilluelos de barrio, los malandrines de raponazo, moto y puñaleta tienen en jaque a la ciudanía. Es realmente pavoroso dejar salir o dejar salir a nuestros hijos a la calle o enviarlos solos al colegio. No se salvan las indefensas abuelitas ni las señoras que van al mercado.
El decir de algunas personas es que la policía no sirve y la descalifica por lo que vive y padece. El comentario general en muchos hogares es que al señor alcalde de Popayán le quedó grande el tema de la seguridad, un señalamiento que hacen desde la emoción, la vivencia cotidiana y el miedo. Se entiende y con razón.
Sabemos que se trabaja para encarar el asunto por los anuncios realizados: más cámaras de vigilancia, más patrullas, más y mejores planes de seguridad en los barrios, más acciones policiales efectivas. Muchos son los anuncios de la secretaria de gobierno. Pero, ¿realmente están funcionando? ¿De verdad, alcalde, están funcionando esas estrategias? ¿De verdad no hay más que se pueda hacer para enfrentar los graves problemas de seguridad ciudadana?
El miedo y la impotencia no pueden ser el pan y la leche de cada día.
Alcalde, por el amor de Dios, ponga más soluciones en el asador, lo que están haciendo en materia de seguridad no funciona o duras penas funciona a medias y la comunidad payanesa se encuentra seriamente preocupada y necesitada de soluciones efectivas y prontas. Como analistas comprendemos que la crisis de la pasada pandemia tanto como la actual situación internacional en Ucrania son factores que agravan el problema a nivel local, pero es hora de ser creativos y proponer soluciones.
Y para colmo, estimado alcalde, le contamos que a la crisis de embotellamiento vial que congestiona la ciudad, se le suma los semáforos dañados desde hace un año, ¡un año!
Muchas personas en nuestra ciudad no se explican la razón de la tardanza para solucionar un asunto sin duda tan urgente: arreglar o comprar nuevos semáforos, punto. Es como si los responsables de esta gestión no se hubieran enterado de los daños.
Alcalde, además de anuncios y videos queremos respuestas concretas.
Gracias por su atención.