Columna de opinión
Por Paloma Valencia
La Ministra Irene Vélez de acuerdo a las instrucciones del Presidente Petro, ha vuelto a decir que no habrá más contratos de exploración de petróleo y gas. El hecho no es menor, pues cuando se le hizo la moción de censura precisamente por la indignación que causó ese anuncio; tanto ella como el Ministro Ocampo dijeron que los contratos de exploración de petróleo y gas continuarían.
Ahora para perplejidad de todos, incluyendo los asistentes al foro de Davos, la ministra vuelve a decir que se prohíbe la exploración de gas y petróleo.
La transición energética que tiene planeada el mundo no supone la desaparición de los hidrocarburos. La carbono neutralidad se piensa aun utilizando petróleo y gas en muy altos porcentajes. Toda la teoría supone mecanismos para disminuir los GEI, atrapándolos, o incluso con aerosoles en la atmósfera para reflejar los rayos solares antes de que queden atrapados.
Petro y su ministra posan de ambientalistas falsamente. No es cierto que esta medida en algo contribuya a luchar contra el calentamiento global. Dejar de explorar o incluso de explotar, no significa que el consumo y sus emisiones disminuyan. Lo explico: si dejamos de producir petróleo y gas, aquello no conlleva a que nuestra demanda cambie: seguiremos usando gasolina, acero, urea, concreto… Tampoco significa que no se produzca; se producirá en otra parte, no sabemos si en su producción se emita más o menos; recordemos que la producción de hidrocarburos en Venezuela hoy en día es bastante más sucia que la producción nacional: se emiten allá más GEI por barril.
Así las cosas, en nada mejora el panorama de emisiones de GEI para Colombia o el mundo por esta decisión. Solo se restringen los ingresos nacionales. En ese sentido, vale la pena reparar en que el 15% de las rentas nacionales viene de los hidrocarburos, como el 30% de las regionales.
Este no es un tema menor. En el mundo cuando se habla de la transición energética justa, el mayor debate se centra en qué países pueden explotar hidrocarburos. Los países en desarrollo dicen que sus explotaciones ya hechas pueden cubrir la demanda hasta el 2050 y que, por lo tanto, nadie más debería explorar y ellos explotarán todo. Los países en vía de desarrollo por su parte, sostienen que los países desarrollados ya han extraído gran parte de sus hidrocarburos y han tenido esa riqueza y, por lo tanto, debería corresponderle solo a países en vía de desarrollo la posibilidad de explorar y explotar hidrocarburos.
Impresiona que el presidente Petro esté alineado con los intereses de los países más ricos. Duele que aun viendo lo que ha sufrido Europa al haber renunciado a su soberanía energética, quieran conducirnos por esa vía. Pareciera que los intereses de Maduro tienen más peso en las decisiones del presidente de Colombia que las de su propio pueblo.
También vale la pena que todos sepamos que Colombia solo emite el 0,56% de todos los GEI del mundo. Es decir, si Colombia no emitiera nada, el fenómeno en nada se alteraría. Nuestras emisiones vienen principalmente de la deforestación. Además, Colombia es un país con una grandeza de transición energética; planeada y bien ejecutada. Sin embargo, su mayor desafío no es ese, sino la mitigación. Seremos uno de los países con mayor afectación en el cambio climático y para llevar a cabo las obras necesitaremos muchos ingresos. Esos que hoy el gobierno Petro nos quita.