Columna de opinión
Por: Víctor Paz Otero
Hace unos pocos meses, Cuando Francia Márquez, nuestra caucana y actual vicepresidenta colombiana, puso a circular su sugestiva consigna de “vivir sabroso” fueron muchos los comentarios simplistas y estúpidos que esa expresión simple y profunda provoco en no pocos comentaristas de la prensa escrita y hablada que juzgan y ven el mundo a partir de sus prejuicios mentales, morales y políticos. Y en este caso concreto dichos comentarios por lo general se alimentaban de prejuicios sociales y raciales. Prejuicios que en una sociedad como la nuestra se han caracterizado por privilegiar la discriminación y sobre todo la estupidez como fundamento de un poder cuya irracionalidad e ilegitimidad nos ha conducido al más dolorosa y evidente fracaso histórico.
No se necesita apelara los criterios del análisis puramente ideológico para constatar, con desmesurada abundancia, los hachos y los datos concretos acerca de la dolorosa verdad que materializa nuestra sociedad colombiana como expresión de su fracaso en la historia. Más que democracia hemos construido una DELITOCRACIA, activa y generalizada que está presente en todas las dimensiones de la vida colectiva.
Todas nuestras estadísticas, sociales, económicas y culturales, desnudan esa amarga realidad. No es el caso de traerlas a cuento, ni de citar de nuevos todos esos elementos de nuestro desastre. Creo que ellos se sintetizan diciendo que somos una sociedad donde no se puede “vivir sabroso”. Una sociedad donde nunca hemos podido vivir sabroso y donde seguramente no es posible imaginar, que al menos en el corto plazo, podamos empezar a vivir sabroso; puesto que los elementos de la descomposición y del intenso conflicto social que imperan en nuestra vida colectiva han alcanzado tal grado de desarrollo, que pareciera que ese anhelo, que se nos suena hasta fácil e ingenuo de “vivir sabroso”, se convierta en un imposible de conquistar en el próximo futuro de nuestro turbulento tiempo histórico.
Sin embargo, lo que quisiera destacar en esta breve nota, es el fecundo y atractivo contenido que en si mismo se expresa en la consigna de vivir sabroso. Consigna que considero las más efectiva y asimilable que se ha podido lanzar en los ya varios siglos de abusar y de engañar con los significados del lenguaje político.
“vivir sabroso” trasciende, para citar solo dos ejemplos de los más conocidos, la consigna que en el siglo diez y nueve esgrimía con tono apocalíptico Rafael Núñez, aquella de “regeneración o catástrofe”. Para mí es más valida que la blandió J.E.Gaitan con fuerza retórica y vociferante, aquella de “por la restauración moral de la republica adelante”.
Considerada con serenidad analítica “vivir sabroso”, cómo consigna, expresa e incluye de manera más simple el concepto en apariencia más sofisticado que el de regeneración, pues vivir sabroso presupone una previa regeneración que sería la forma más obvia de prevenir o detener la probable y anunciada catástrofe. E igual acontece con el concepto de “restauración moral”, pues resulta imposible que se pueda vivir sabroso en medio de la inmoralidad colectiva en que se desintegra una sociedad. “vivir Sabroso” dentro de la perspectiva de lo político apunta a la posibilidad real de instaurar un sistema de vida democrático, donde esa democracia se entienda como una forma de vida colectiva que lleva implícita la vigencia de los derechos humanos que garantizan la dignidad de la vida.
Además “vivir sabroso” es una consigna amable, convocadora a participar de unas relaciones sociales y humanas fundadas en la empatía, en la solidaridad y la colaboración. Es una consigna que invita a la reflexión subjetiva de sus significados. En ningún caso es una invitación ni a la lucha de clases, ni es una invitación a profundizar en la multiplicidad de conflictos que se generan en la vida colectiva.
Es bastante estúpido e irracional pretender no vivir sabroso, como lo es pretender continuar viviendo en la sociedad que no permita que se pueda alcanzar esa pretensión tan cara a los anhelos colectivos y particulares de todos los seres humanos.
Píenselo sin prejuicios y relacione su individual pretensión de poder vivir sabroso con lo que puede ser vivir sabrosa forma colectiva. Eso en el fondo solo significa la imperativa y urgente manera de transformar un universo que solo nos permite vivir en el infierno.
En una sociedad como la caucana, donde el principal problema es el étnico, que requiere de una gran sabiduría, y sensibilidad. supongo la tristeza que debió provocar las confrontaciones entre indios y negros, pues consideraron que el presidente estaba a favor de ellos, algo que la vicepresidenta debe dolerle, ya que en un país mayoritariamente mestizo, estas discusiones no deben existir, a no ser que se llegue a encontrar placer en el auto desprecio, y algo inadmisible con los indígenas y negros, es condenarlos a ser figuras de museo, algo contra natura, en los humanos todo es perfectible, y la solución está en promover un reencuentro, con sus raíces genéticas, para aprovechar los mejores modelos educativos, para ponerse al día. ¿= es qué solamente Blancos y Mestizos, tienen el derecho a aspirar que sus hijos se eduquen en los mejores centros educativos, aprovechando las múltiples oportunidades que ofrece la cultura Occidental, y a los primeros pobladores falsa identidad, y los Resguardos? Es condenarlos por la eternidad.