Editorial
Por: Marco Antonio Valencia
E
n medio del arsenal de noticias que suelen llegar a la redacción de un periódico, la semana pasada registramos que la Asamblea Departamental aprobó –en segundo debate– ocho proyectos de ordenanza presentados por la Gobernación en beneficio de niños, mujeres, pensionados y campesinos. Y no es una noticia menor.
Aunque la ley dictamina que son tres debates, hay buen ambiente para que se aprueben y puedan ser iniciativas viables; pues como se sabe, parte de los ejercicios de discusión que realizan los diputados esta en evaluar la capacidad económica (presente o futura) que tiene el departamento y justificar exhaustivamente la viabilidad de cualquier proyecto. Y al aparecer, con éstos ocho proyectos, no hay preguntas mayores ni objeciones sustanciales.
Desde la Secretaria de Agricultura pretenden incentivar “la siembra de yuca en 142 hectáreas de los municipios” del norte del Cauca (Santander de Quilichao, Caldono, Buenos Aires, Suárez y Guachené) beneficiando a 285 campesinos; y mirando cada uno de los detalles, el proyecto es justo y necesario.
La Secretaria General solicitó adicionar al presupuesto del departamento la suma de $14.287.637.329.00 “para cubrir los bonos pensionales” de quienes estuvieron vinculadas a la administración; al tiempo que la Secretaría de Salud busca adición presupuestal para “pagar deudas históricas”. En ambos casos, son deudas de dinero y también de gratitud por servicios prestados que toda institución responsable debe honrar a tiempo.
Desde la Secretaría de Educación solicitaron que se comprometan vigencias futuras para atender varios proyectos. El primero: “Formulación de proyectos pedagógicos transversales, en establecimientos educativos oficiales del departamento del Cauca” con el objetivo de capacitar a docentes en el área de la educación inicial, básica y media. El segundo: “Apoyo a las prácticas pedagógicas en la primera infancia a través de la implementación del MAS+ en docentes del departamento del Cauca”, cuyo propósito es ampliar la cobertura educativa. El tercero: “Mejoramiento de competencias socioemocionales de docentes y directivos de los establecimientos educativos oficiales de los municipios no certificados del departamento del Cauca”. El cuarto: “Construcción participativa del Plan de Educación Rural (PER) del departamento del Cauca”. Y como sabemos, todo en educación es necesario, pertinente y urgente.
Mientras tanto, la Secretaría de la Mujer del Cauca solicitó una adición de su presupuesto para la vigencia fiscal 2022 la suma de $424.613.307, para atender a mujeres víctimas de violencia en situación de riesgo o que deben ser acogidas en la casa refugio, o incluso para ofrecer subsidio monetario cuando se necesite. Un proyecto sin duda necesario en un departamento con alto índice de marginamientos e injusticias, como parte de nuestras problemáticas sociales que afectan la vida y la integridad de las mujeres.
Además de discutir y ponderar estos proyectos para el bien de las gentes caucanas, hace bien la Asamblea Departamental en desplazarse a los municipios a sesionar en medio de la comunidad. Se les agradece las intenciones de control político, especialmente a las gerencias de los hospitales, donde hay quejas graves.
Finalmente, como ciudadanos nos gustaría conocer la agenda que tiene la Asamblea Departamental dentro de la política del Gobierno Nacional en su objetivo de adelantar “diálogos regionales” para el desarrollo social y la paz total.