Columna de Opinión
Por: Paloma Valencia
Quiero compartir con ustedes algunos apartes de mi intervención sobre el nuevo Gobierno del Presidente Gustavo Petro.
Desde la oposición también se construye o se destruye. No queremos ser una oposición, como la que sufrimos, apostándole al fracaso del Gobierno para hacerse viable. Queremos ser serios, propositivos, respetuosos con las personas, pero firmes y francos con los argumentos. Hemos construido y seguiremos aportando. El Centro Democrático se constituye como la oposición democrática.
Hoy también millones de colombianos nos sentimos con incertidumbre y miedo. Presidente Petro usted es hoy Presidente de Colombia. Usted decidirá si sigue el camino de ignorar a media Colombia. Su capacidad de escuchar y conciliar, de comprender e incluir determinará este nuevo rumbo.
Se ha prometido el cambio. El cambio. Y claro que Colombia requiere profundas transformaciones, pero también es cierto que el camino de nuestra dolida nación ha sido conducido -en general- de manera acertada. El gobierno entrante trae el impulso de una juventud impetuosa y deseosa de ver esos cambios, ansiosa de que se superen los males que atormentan a muchos colombianos: la pobreza, la inequidad, la falta de oportunidades, la violencia… En esos propósitos coincidimos, pero diferimos en cómo conseguirlos… El primer reto que enfrentará el electo Gobierno es descubrir que es mucho más fácil criticar y prometer.
No se gobierna un país sin historia, sin reconocer esfuerzos colectivos previos, sin darle credibilidad a muchos que antes han tratado de hacer lo correcto, si no se confía en que la Nación en su democracia ha tomado las decisiones posibles. No se gobierna bien un país cuando no se entiende que la adversidad política es solo sobre las ideas, y no debe trascender a las personas y sus obras.
El primer y más urgente esfuerzo de Colombia tiene que ser para superar la pobreza. No es aceptable en un país de ingreso medio tener pobreza extrema. La preocupación por la pobreza nos une, nos duele. La sociedad debe estar cohesionada; nadie puede estar olvidado. Por eso, son fundamentales los subsidios que impidan que algún colombiano pase hambre.
Pero, los subsidios que no están acompañados de políticas económicas son un engaño. La única forma real y estable de superar la pobreza es el crecimiento económico, y el compromiso del Estado de fomentar una economía fraterna: Que no enfrente el trabajador con el empleador, sino que los entienda como el dúo capaz de generar la transformación social y crecimiento para todos. Por eso, pedimos que sean precavidos con la reforma tributaria.
Esta no es la primera vez que usted gobierna Presidente Petro, usted fue alcalde de Bogotá. Tampoco es la primera vez que gobierna la izquierda; Colombia ha tenido muchos gobernantes de izquierda; esta es la primera vez que alguien perteneciente a una guerrilla de izquierda ocupa el poder como presidente. Esta debe ser la prueba irrefutable de que nuestras instituciones y nuestras Fuerzas Armadas han cumplido -con todas sus imperfecciones- en mantener a Colombia libre, pluralista y democrática.
Presidente Petro, esta democracia, esa que usted un día desafió, nuestra democracia, es la que hoy le permite a usted ser Presidente de Colombia. Su compromiso debe ser defenderla del lado de nuestras instituciones y nuestras fuerzas; y seguir conservándola para que otros después de usted puedan ser elegidos por la sola voluntad del pueblo.