En la niña Lesly, está “la intuición femenina o de la protección”

Editorial

Por Paloma Muñoz

Lesly Mokucuy, la niña de 13 años, nos hace reflexionar profundamente, planteándonos las siguientes preguntas: ¿Por qué tomó la decisión de cuidar y proteger la vida de sus hermanitos y la suya propia? ¿Qué la llevó a asumir el liderazgo?

Las posibles respuestas radican en la connotación especial del poder de la feminidad en las mujeres indígenas. Estas mujeres están imbuidas de la sabiduría ancestral y tienen una profunda conexión con el tejido de la vida, que no solo se refiere al vientre materno, sino a la comunidad en su conjunto y a la protección de sí misma.

Las mujeres indígenas han sido criadas para comprender que son parte de un entramado más amplio, donde su comunidad es como un vientre generoso. Experimentan una existencia dual, física y espiritual, donde su pensamiento se desdobla para asumir el liderazgo en la supervivencia, no solo para mantenerse vivas, sino también para saber hacia dónde dirigirse, en este caso, guiar a sus hermanitos. Este poder de la feminidad se manifiesta a través de lo que algunos llaman “intuición femenina o de la protección”.

Esta intuición es un don poderoso que trasciende las barreras del raciocinio y se conecta directamente con el cuidado de la vida en todas sus manifestaciones. A lo largo de la historia, las mujeres han demostrado una capacidad innata para percibir y comprender las necesidades de aquellos que las rodean, especialmente cuando se trata de proteger y nutrir la vida.

Se manifiesta en una profunda sensibilidad y empatía hacia los demás. Las mujeres pueden captar sutiles señales emocionales, leer el lenguaje no verbal y sintonizar con las necesidades no expresadas de aquellos a su alrededor. Esta habilidad les permite ser conscientes de los peligros, las injusticias y las desigualdades, y actuar en consecuencia para proteger y preservar la vida.

Porque en la niña Lesly, está ese tejido conector que está intrínsecamente relacionado con las mujeres indígenas, ya que va más allá de lo material. Engloba el territorio y toda la comunidad, en un territorio en el que construyen conjuntamente la vida y la misma comunidad.

Solo de esta manera podemos comprender la capacidad que Lesly tenía para cuidar y proteger a sus hermanitos, salvaguardando sus vidas. Este conocimiento fue transmitido por sus mayores y arraigado en su territorio, a través del tejido de la vida que aprendió de sus abuelas y ancestros.

El poder de lo femenino en las mujeres indígenas radica en su capacidad para nutrir y sanar, tanto a nivel físico como emocional. Ellas poseen un don interior natural para cuidar, proteger y criar, ya sea a sus hijos, a sus seres queridos como sus hermanitos o incluso a la comunidad en general. Este cuidado se extiende más allá de lo humano, abarcando también la relación con la naturaleza y el medio ambiente.

Esa es la gran lección que nos ha enseñado Lesly, nos ha llevado a valorar el pensamiento ancestral, no solo como pueblos indígenas, sino también a recordar que, venimos de la sabiduría de los pueblos andinos y del Caribe en este lado del continente.