El plan de la libertad

Columna de opinión

Por: Sebastián Silva-Iragorri

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a compra de Twiter por Elon Musk termina con la censura y el bloqueo que esta plataforma había establecido en Estados Unidos contra quienes pensaran políticamente distinto a sus directivos. 

Hay muchos líderes en el mundo que se hacen llamar “progresistas” y son sectarios de corazón y de estilo, no tienen talante de libertad, solo admiten a quienes piensan como ellos, cubiertos con actitudes llenas de hipocresía y falsedad. No quieren ideas distintas. Lo de ellos es llamado “políticamente correcto”, que es una diplomacia estática y complaciente, que se ufana de avances, pero retóricos y discursivos. Los contrarios son los llamados “políticamente incorrectos” pero que son en rigor los que denuncian, hablan en voz alta, descubren el estado profundo, defienden de hecho la libertad y torpedean todo ese régimen de transacciones, politiquería y corrupción. Pasa en el mundo y pasa en Colombia. En Estados Unidos cancelaron voces en los momentos claves de las definiciones políticas y hubo un silencio cómplice de quienes decían defender la libertad. Aquí en Colombia cuando algún medio de comunicación llamado “progresista” cambia de dueño y de ideología se le empieza a llamar fascista y recibe todos los ataques posibles en una estrategia perversa. El ejemplo más claro es la revista Semana, a la cual ideólogos de pacotilla la agravian y censuran solo porque cambió de opción política.   

Los progresistas auténticos defendemos la vida, la libertad de expresión, la manifestación periodística de todas las tendencias, las posibilidades de poder sin prejuicios ni limitaciones. No podemos favorecer a “progresistas” fingidos, que censuran, dogmatizan, coartan las expresiones contrarias creyéndose dueños de la verdad absoluta, acomodan la historia, adulteran conceptos y llaman fascistas a todos los que piensan distinto.  

En estos momentos en Colombia el equipo de gobierno está perdiendo la batalla ideológica en el tema minero energético. Se la jugaron toda con la intención de suspender, como lo habían anunciado en campaña, las exploraciones nuevas de petróleo y gas y así dieron los pasos iniciales. La realidad, que es la mejor profesora, les demostró que era un grave error, precisamente cuando el mundo entero clama por petróleo, gas y carbón. Europa se encuentra en relativo peligro al entrar el invierno por escasez de gas para la calefacción y otros usos. Colombia tiene reservas comprobadas para 15 años en petróleo y por lo menos 20 años en gas y esto produce los recursos y regalías que tanto necesitamos para el desarrollo social. Ya el actual gobierno dio señales de reversar su teoría, en un reconocimiento de su error y podemos decir que ha perdido en este tema una batalla ideológica. Lo respetamos con la mayor compostura y responsabilidad sin llamarlo comunista. 

Así ejercemos el progresismo tradicional, no censurando las ofertas ideológicas y permitiendo el debate de todas las ideas sin calificaciones agresivas.

Defendemos la libertad, no solo en teoría sino en la práctica. Eso hacemos los genuinos progresistas, sin simulaciones. Urgente destapar la verdad y ejecutar un auténtico plan de libertad. 

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