Columna de opinión
Por: Eduardo Nates
Es muy importante que el título de esta columna se conserve… Es decir, que las reuniones que está convocando el gobierno Petro para asegurar la participación de la ciudadanía en la identificación de necesidades y la elaboración del plan para atenderlas, desemboquen en un verdadero Plan de Desarrollo efectivo y no se conviertan en una serie interminable de reuniones de los mismos actores en las tarimas, dialogando sobre los mismos problemas y ofreciendo las mismas soluciones que conocemos desde hace tiempo y hasta convertirse en Vínculos para dialogar, sin ningún resultado efectivo tangible.
El lunes y martes pasado se realizaron en esta ciudad de Popayán los “Diálogos Vinculantes”, presididos por un numeroso grupo de altos funcionarios, encabezado por la señora vicepresidente Francia Márquez y el Consejero para las Regiones, Luis Fernando Velasco. (Entre otras cosas, creo que nunca se había visto que un gobierno nacional diera sus primeros pasos -no ha cumplido 60 días- con tantas prominentes figuras caucanas, en primera fila). Por lo tanto, la esperanza de que ese fulgurante comienzo estelar sea una proyección optimista hacia el futuro, se acrecienta…
Lo indiscutible de estos diálogos es que los problemas siguen siendo los mismos y que las soluciones son conocidas y ofrecidas…. pero no llegan.
Con un Ministro de Transporte que es capaz de venir el miércoles 21 a Mercaderes, Cauca, a conversar con las comunidades del sur del Cauca y norte de Nariño y volver a Popayán en las 72 horas siguientes a visitar a su amigo Juan Carlos López, alcalde de la ciudad y sacar tiempo hasta para sembrar árboles, creo que, como dicen los muchachos, “estamos hechos” …
Hablemos entonces de que, por suerte, la obra de la segunda calzada de la vía Popayán-Santander de Quilichao ya está andando. Nos queda por ver que de estos Diálogos Vinculantes salgamos con la certeza de que una obra tan importante para Colombia y el continente como la vía Popayán-Pasto, con la variante Timbío-Estanquillo sea una realidad y que la pavimentación de los trayectos que nos unen con el hermano departamento del Huila se complete, con las vías Popayán-Paletará-San José de Isnos-Pitalito; Popayán-Totoró-Inzá-La Plata y Popayán-Puracé-Santa Leticia-Gallego-La Plata.
Por supuesto que hay muchas obras en otros sectores de la economía que bien podríamos agregar a esta lista, como el mejoramiento de la infraestructura en educación y salud en los municipios del Cauca. Pero no se trata de hacer una “lista de mercado” interminable. Con el solo hecho de mejorar la infraestructura vial, el desarrollo y el sector y la iniciativa privada se abren espacio y pronto las inversiones y emprendimientos van creando los núcleos de desarrollo. Y en incuestionable actitud de justicia social, se hace necesaria la mirada hacia la costa pacífica, cuando somos el único departamento del pacífico que no tiene carretera al mar. (Vergüenza histórica). Todo parece indicar que la vicepresidente Márquez tiene muy presente esta deuda y a pocos días de posesionada, ya tiene en su haber varias visitas a su departamento, que alientan la esperanza de comunidades tan abandonadas, como la de sus corraciales.
Por supuesto, no significan las anteriores opiniones que he ingresado al Petrismo ni mucho menos. Pero, en aras de la objetividad, bien vale comentar los pasos del gobierno que, independientemente de la línea de pensamiento político que ellos profesan, puedan convertirse en desarrollo favorable para los colombianos. Uno de estos el nuevo diálogo del expresidente Uribe con el presidente Petro, que da muestra de la madurez política de dos personajes por demás antagónicos pero trascendentales en nuestra historia reciente y que por supuesto valida la única forma de vivir en paz: El dialogo.
Pero como a la quema sigue el humo. Será en la ley del plan del actual Gobierno en donde veremos si la reunión de Tulcán dio frutos para el desarrollo del Cauca. Ahí se verá que proyectos se aprobaron y con qué presupuesto o si al Cauca lo siguen tratando con el gotero presupuestal con que desde hace décadas nos mal atienden.