Después de la posesión

Columna de Opinión

Por: Sebastián Silva-Iragorri

Duque sale por la puerta grande, un personaje decente, correcto, honesto, trabajador, que deja una excelente obra de gobierno, que no persiguió a nadie por política, ni a empleados, ni a contratistas, ni a opositores y que ahora será un líder constructivo en defensa del País y de todos los que lo habitamos.

Empieza una nueva era que esperamos siga siendo productiva y de beneficios para la Patria. El acto de inauguración se mostró muy incluyente, se exhibió a Colombia en sus diversas manifestaciones y esto me ha parecido bien, lo importante es que todos esos anhelos o esperanzas suscitadas sean colmadas por obras de gobierno que sirvan de cimiento para consolidar una paz sostenible. Fuera de los discursos, que generalmente se aprovechan para resaltar las falencias de la administración saliente, debemos centrarnos en los anuncios que se hicieron de programas y políticas y que habíamos enunciado en artículos anteriores. Hay 4 que me llamaron la atención por tratarse de políticas muy polémicas que van a despertar un intenso debate en la opinión nacional y en el Congreso de la República.

1- La reforma tributaria, que se anuncia para ser presentada este lunes y que debe ser una fuente equilibrada de recursos, que sin golpear a los sectores pobres o medios tampoco afecte al sector empresarial que está lleno de cargas. Hay que tener en cuenta que no solo hay impuestos nacionales sino departamentales y municipales que gravan fuerte al contribuyente, obligaciones prediales, valorizaciones, tributos a los vehículos, seguros, contribuciones a salud y demás tasas que unidas a los fletes nacionales van configurando una larga lista impositiva que agobia al ciudadano y al empresario. Creo que el camino debe ir más hacia el combate a la evasión, la elusión y el contrabando, la eliminación de algunas exenciones y limitaciones al gasto administrativo.

2-Los cultivos de uso ilícito, hay que repetirlo, son el combustible del narcotráfico y por lo tanto de la violencia. Ese estribillo de que la política de drogas fracasó no parece real. Hay infinidad de opositores a la lucha contra los cultivos ilícitos, que no permiten asperjar, ni erradicar forzosamente, pero luego estos mismos actores salen a predicar el fracaso de las políticas contra las drogas para montar algo ilusorio por el momento como es la legalización que hoy no tiene ambiente en el mundo.

3-La corrupción, que solo puede combatirse dando ejemplo, no es con retórica como se va a eliminar sino con hechos contundentes y efectivos. Un estatuto anticorrupción no debe ser un listado medicinal de remedios caseros sino un plan de acción inmediato que corte toda posibilidad de un mal endémico que desde hace muchos años nos viene azotando.

4-Diálogos por la paz, hay que diferenciar a los que combaten al Estado supuestamente por razones políticas de quienes delinquen en grupos o asociaciones criminales con objetivos de enriquecimiento, retaliaciones e impunidades.

Del resto me pareció un discurso sin mayores agresiones y con muchos lugares comunes, con repetición del cumplimiento de la Constitución y sus deberes legales de apoyo a los sectores sociales más desprotegidos. No se habló de la Policía, ni del Esmad, ni de expropiaciones, ni pensiones. Necesitamos que simbólicamente la espada de Bolívar impulse más justicia social, equidad e igualdad de oportunidades para todos.

Lo importante de cualquier cambio es que sea bueno, favorable y siempre dominado y encauzado con inteligencia. Después de la posesión, si la ruta es gobernar sin exclusiones ni persecuciones, se estaría dando un paso democrático de concordia. En eso estamos de acuerdo por el bien de Colombia y de sus habitantes.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.