Y… ¿ahora qué?



OLMEDO GUACA TIMANÁ

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Y… ¿ahora qué?, es la pregunta del millón de los colombianos sobre la nueva realidad, una realidad tan chueca en donde nuestros mandatarios muestran interés, pasión, esfuerzo y pasión por lo que ocurre en Venezuela antes que por nuestra realidad como las muertes de líderes sociales, el desempleo, la educación, la salud, caso Obredecht, caso fiscal general, el terrorismo del ELN.

Ese terrorismo salvaje que acaba humildes vidas, las esperanzas y sueños de los de abajo, pero que a los de arriba y especialmente a quienes viven del terror y del miedo ajeno para sus mezquinos intereses de poder-joder- y vender así su imagen de salvadores no los toca para nada.

Ya nos habíamos acostumbrado a la tranquilidad de nuestros municipios de nuestros policías y soldados que son de clase humilde porque ellos le ponen el pecho a la situación, pero ahora por un egoísmo enfermizo de poder deja al traste las esperanzas de esa tranquilidad lograda por un proceso, así sea chueco, de paz, pero que al fin y al cabo ya hacía respirar aire de esperanzas.

De tal manera que los del poder y quienes manejan al presidente le metieron en la cabeza que es mejor la guerra, las bombas, la violencia, la polarización desde el celular obviamente y desde los discursos baratos que venden unas ideas de medio pelo con la mezquindad de que a todo acto terrorista y de violencia le echan la culpa al proceso de paz del expresidente Santos- no se defiende a Santos sino que se pone sobre la mesa la realidad. Y le metieron un ego tal que Duque desconoce que el Estado y no un presidente firmó unos acuerdos para desconocer unos protocolos que podrían servir como sendero a nuevas negociaciones.

Entonces ahora a sentirnos como en los peores años de las bombas y mientras esas barbaridades sacuden al pueblo del común los vendedores de odio seguirán tranquilos en el poder, en sus puestos, tranquilos cumpliendo sus sueños del maquiavélico negocio de provocar polarizaciones, desconfianza social, caos para venderse como los gestores de la salvación. Eso es perverso. Eso mismo hace el castrochavismo que tanto lo critican.

Estamos como el despistado gringo, disparando odio cada día sin darse cuenta que las liebres como Putin, China y Corea del Norte pueden saltar y de que manera. Jugar con fuego es peligroso pero a los del poder parece o no importarles o desconocer la profunda verdad. Lástima que las bombas del terrorismo lleguen a los humildes sin distingos mientras los mercachifes de la guerra viven su vida a plenitud disfrutando de las mieles del poder. ¿Y ahora qué?

Se oye 01: ¿Hasta cuándo el asesino sistema de salud -Ley 100- sigue matando a sus pacientes?. Ojalá la muerte del docente Laurencio Zúñiga no quede en la impunidad. Debe haber una investigación a fondo y que se castigue a los culpables ya sea a nivel individual como empresarial, para ello están los órganos de control, de justicia-ojalá opere, el sindicato, la Supersalud, Procuraduría y la sociedad.

Se oye 02: Que no se den más largas al proceso del alcalde de Popayán, porque con esta justicia blanco es, gallina lo pone y frito se come.