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OLMEDO GUACA TIMANÁ
Qué orgullo tener un presidente como Duque, qué líder, todo un héroe internacional, un prohombre del bien común, un símbolo de las libertades, un visionario para dónde deben ir los pueblos como Colombia y Venezuela, un ser único que lucha por la democracia, un luchador del bien social, un ser humanitario capaz de conseguir miles de toneladas de alimentos y medicinas, un prócer moderno de las igualdades, un respetuoso de las libertades y de la paz de los pueblos. Qué verraquera con esa juventud, un ejemplo de inteligencia y de verdadero estadista que ve con claridad para a dónde deben ir los pueblos y en especial su querida patria Colombia, un conductor de las democracias, los derechos sociales y de un pueblo que requiere de su liderazgo, de su mano talentosa y de esa inmensa voluntad para solucionar los problemas así sean de otros países.
Qué orgullo verlo batirse a brazo partido señalando y sin temor hablando claro sobre la represión militar allá en Venezuela, pero acá en Colombia reprimiendo en forma brutal, salvaje, demente con el Esmad a las protestas sociales que exigen sus derechos como los venezolanos. Allá si, si hay esa voz presidencial ante la comunidad internacional denunciando la violación de los derechos humanos, la represión de los líderes, acá no: solo hay represión igual que allá. Acá masacran a los campesinos, a los maestros, a los estudiantes, los desaparecen y no se inmuta pero si le saca la piedra lo de allá con estos mismos sistemas represivos.
Qué sentido humano de nuestro presidente y esa capacidad de ver con dolor desgarrador el hambre de los venezolanos, allá si es un problema de solución inmediata. Acá no, los niños de la Guajira, Amazonas, Chocó y los tugurios de las ciudades no importan porque acá no hay sentido humanitario. Lo propio ocurre con esa grandeza presidencial de ver allá la gente sin medicina, muriéndose porque no tienen medicamentos. Acá no, no importan los paseos de la muerte, no importa que las EPSs se enriquezcan mientras los ancianos y todo mundo mendiga a la madrugada una ficha para una cita médica, espera meses un especialista o se muere sin tratamiento adecuado y sin medicina.
Qué grandeza nuestro presidente luchando por los Derechos Humanos allá. Acá no, hay violación de esos derechos, muertes, atropellos de los mismos derechos y no pasa nada, eso no importa. Allá si importa la paz, la democracia. Acá no, que sigan matando líderes sociales, defensores de Derechos Humanos, masacrando con el bestial Esmad a la población que sale por sus derechos porque la protesta es la única herramienta que tiene, no hay otra. Allá si la lucha por la paz, Acá no, colocándole palos a la rueda de la paz y los guerreristas no le hacen caer en la cuenta que en una invasión gringa, los misiles, las bombas, las masacres no caerán a los gringos ni a los del Centro Democrático que quieren llevar a Colombia a una guerra que no es suya, sino que todo caerá en la población civil, más desfavorecida, a las ciudades fronterizas, pero qué berraquera de presidente si tiene claridad total de hacia a dónde debe enrutar a su patria Colombia.
Se oye 01: Ya hay calculistas que indican los millones que recibiría el alcalde del cambio si demanda por perjuicios morales, daños psicológicos, daño al buen nombre, a la dignidad personal, a la integridad psíquica, daño a la familia y ojalá no tengamos que de nuestros impuestos pagar esto sino que pague quien haya hecho el posible daño.
Se oye 02: Ojalá el alcalde del cambio escuche el clamor que deje en continuidad a docentes que en el 2018 cumplieron excelentes procesos en las Instituciones Educativas o se seguirá con la politiquería?.
ÑAPA: Agradezco de corazón el reconocimiento realizado en días pasados por el CLUB DE LEONES de Popayán y especialmente a su presidente doctor Miller Velasco por el reconocimiento de mi labor periodística como enfoque de servicio social.
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