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DIEGO FERNANDO SANCHEZ VIVAS
El 3 de abril de 1968, se estrenó para el público la película ‘2001 Odisea del espacio’ del director Stanley Kubrick, que trata de un equipo de astronautas que siguen las señales de radio emitidas por un extraño monumento de piedra hallado en la Luna.
15 meses después, el 20 de julio de 1969 hace 50 años, el mundo presenció en vivo y en directo en una transmisión de televisión para todos los países de la Tierra, la mayor hazaña que el género humano hubiese podido realizar en toda su historia: la misión espacial Apolo 11, integrada por los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin descendieron a la superficie de la Luna mientras Michael Collins permaneció en el módulo de comando, materializando así las palabras del asesinado presidente John F. Kennedy quien en 1961 ante el Congreso de la Unión había pronunciado un emotivo discurso afirmando categóricamente que antes del fin de esa década, los Estados Unidos llevarían a un hombre a la Luna.
Dicho anhelo era compartido por todo el género humano desde tiempos inmemoriales cuando apartándose de la lucha cotidiana por la supervivencia en un momento de su evolución, miró al infinito, y consciente de la inmensidad del universo tuvo el sueño de alcanzar ese enorme cuerpo blanco que se diferenciaba de las estrellas titilantes por su tamaño y cercanía. En ese entonces seguramente pensó que no estaba lejano el día en que un congénere suyo pisara el suelo lunar.
Desde las civilizaciones más antiguas de la humanidad, Asiria, Babilonia, Egipto, Grecia, Roma, las precolombinas Azteca, Maya, Inca, Chibcha siempre miraron con devoción y asombro la presencia de ese astro entonces lejano y desconocido, y utilizaron su influencia para los cultivos, sus colosales construcciones y erigieron en sus templos poderosas deidades con la luz de la luna o Selene.
Todo este anhelo se materializó muchos años después, gracias a la Misión Apolo 11, un proyecto ejecutado por la Agencia Nacional Espacial Estadounidense NASA, que contó con un equipo de 400.000 personas, entre las que se destacaron el científico alemán Wernher Von Braun quien diseño el cohete Saturno V, fundamental para la misión, Thomas Kelly constructor del módulo lunar que transportó a los tres astronautas, el Eagle, y el dirección y gerencia de las misiones Apolo en cabeza de George Low y Samuel C. Phillips, los astronautas recorrieron 384.633 kiómetros para llegar a la Luna y 12 seres humanos lograron caminar sobre la Luna.
Hoy 50 años después, el género humano sigue mirando con asombro y admiración ese astro lejano y próximo a la vez que parece ser el testigo mudo de la evolución de la historia de la humanidad y que parece contener en su interior los más insondables secretos del universo y que alguna vez en la noche de los tiempos, asistió al inicio de los incontables instantes de la eternidad.
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