Objetivo Popayán

JUAN SANTACRUZ

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En mi inusitado interés y temeraria incursión en la escritura, el diario me acoge en su casa. INSUFLAR MI ESPIRITUO va de la mano con la imprimación de mis textos en sus páginas. En rigor, con mi austero estilo de aprendiz sigo inmerso en el tema que me apasiona ¡POPAYAN¡

Observo como nunca el deseo impertérrito de muchos congéneres, de hacerse al botín de comandante en jefe o concejal de la villa-capital. La preocupación está en modo INCRECENDO. Entremos en contexto con un solo ejemplo del adebacle social en que nos encontramos: las posibilidades que tienen nuestros hijos universitarios, algunos especializados o en su defecto profesionales que pasan del “cuarto piso” de acceder al mercado laboral es nimia. Ocupamos un deshonroso lugar en la tasa de desempleo. Mi fuero interior me incita a elucubrar; cual es la LUJURIOSA APETENCIA de los precandidatos a ocupar cargos que desde este mismo momento son un entramado de sinsabores.

NO OBSTANTE, seamos propositivos en la denodada búsqueda de alternativas: EL AMOR VERDADERO POR POPAYAN, puede ser la salvación de la comarca. Impregnado de vanidades patricias, elabore un TEST; soportado en una disyuntiva que considero inapelable quien quiera direccionar el futuro de la villa-capital debe estar empapado de sus MEMORIAS. Siendo consecuente con el enunciado; gran parte de nuestra vida en una urbe privilegiada como esta, se soporta en la historia, tradiciones, arquitectura, olores, sabores propios e incondicionales del Valle de Puben.

Por favor si en su árbol genealógico no hay PIPIAN, “ASPIRE” otra cosa, porque usted no podría entender ni querer esta comarca.

Uno. Sabe usted que todo empezó cuando este man de apellido MOYANO el de Belalcázar, nos ASALTO (¡las malas mañas son bien añejas ¡) hace como cuatrocientos ochenta y siete años. Como en esos días al gobierno le dio por erradicar las clases de civismo y “usurpación” no conozco muy bien ese exabrupto. Los atenienses y espartanos muy liberales ellos, sentaron las bases de la democracia que aún persisten en el mundo. Eran radicales en una regla; quien quiera ejercer poder al menos tres generaciones atrás deben haber nacido en la tierrita. Dos. Cambiemos un poquito lo de los griegos; entre el postulante y sus ancestros hay que sumar al menos trescientos años de sentarse en los andenes a observar procesiones; incluido el asiento de madera tipo jardín infantil para que repose la abuelita. El presenciar su primer atentado se surte cuando el cansancio natural por el largor del desfile sacro, nos obliga a reclinarnos y en la cola de alumbrantes no demora en aparecer el personaje de avanzada edad cuya vela lo supera en tamaño y peso, y al darle en la cabeza algún espectador se generaría un “VELONCIDIO”. Tres. Cuantos de ustedes tuvieron el honor de que su estatura fuera referenciada en ese medidor por así llamarlo de los Paz Navia y Paz Paz. Como hecho ulterior su nombre quedo registrado en los anales de la historia, cuando El Liberal publico la lista de cargueros de procesiones chiquitas. El día señalado con toda la parafernalia que amerita el asunto, se apropia uno de ese BARROTE y a las dos cuadras no sabe qué hacer con él porque pesa mucho o le dieron ganas de hacer “pipi”. Cuatro. Si no se ha deleitado con la RUTA DEL MECATO perdió el año y lo que es peor el gusto. Corto resumen: los pasteles, las colaciones, el kumis, la “uvita y Kola La Reyna “de Clarita; el ponqué, los aplanchados, los volovanes de Doña Chepa; variedad inmensa la de Carmelita para enloquecer; los helados de paila de leche y mora, el salpicón de Baudilia, el pan de las Castillo o Bustamante ( el de harina ); las delicias de la Chocha (la tienda); las panelitas de leche y las mantecadas originales que se difuminaron en el tiempo; los bocadillos y la panela de guayaba en la galería del Bolívar; el manjar blanco de doña Sofia; para no suscitar controversia dejo a sus discreción quien prepara las mejores empanadas y tamales de pipián; de igual forma el champus. No sé porque me dio hambre, paso a manteles. Continuara

Nota al pie uno: en democracia alabo la decisión del rotativo de no publicar artículos de precandidatos…

Nota al pie dos. Un columnista del periódico al que sigo y respeto, en su INMEMORIAN de la Madre María Claudia tuvo en mi opinión dos “baches” muy notorios, a saber: la grandeza de la hermana no ameritaba traer a colación su relación con políticos. Por fortuna en la ciudad todavía quedan varias MATRONAS de avanzada edad, que desde su esquina han trabajado incansablemente por la comunidad.