JESÚS HELÍ GIRALDO GIRALDO
Las campañas políticas en Colombia cada vez se convierten en motivo de preocupación por las escandalosas cifras de dinero que manejan y, sobre todo, por la manipulación y engaño al que acuden los dirigentes en su afán de ganar el apoyo popular. A propósito de ello es bueno replantear la representación política de los colombianos, por muchos años en manos de unos pocos.
En ese reducido número de privilegiados que manejan todo a su antojo, como si el país y sus instituciones fuesen una finca particular, no hay interés de presentar programas de reformas democráticas de fondo y, cuando lo hacen, se trata de un simple ‘saludo a la bandera’, pasada la elección olvidan las propuestas, enseguida empiezan a preparar su reelección y las promesas tienen que continuar como ‘gancho’ para seguir cautivando la esperanza del electorado, si ejecutan la obra matan la ‘gallina de los huevos de oro’, se acaba el interés de la región en apoyar a su caudillo.
Además, a los congresistas se les olvida que la función parlamentaria es legislar y presentar proyectos de beneficio regional o nacional, en cambio lo que hacen es convertir su curul en una empresa reeleccionista.
Si no hubiera la reelección el político tendría que aprovechar su período para cumplir lo prometido y satisfacer así las esperanzas de sus seguidores. Al no tener otra oportunidad no podría desperdiciar su período de permanencia en el poder.
Por ello es tan importante que se modifique el sistema electoral que permite la reelección indefinida de congresistas. Si el Congreso no hace esta reforma porque no quiere legislar en tal sentido, los ciudadanos deberíamos recordar el daño que el sistema político, con su reelección indefinida, le está haciendo al país y no apoyar a quienes hacen de la curul política su lugar de descanso por 20, 30, 40 años y más.
Eso no se justifica en ningún sentido ya que por el Congreso pasa la aprobación de los principales cargos de la nación y a ellos sólo van a tener acceso los de siempre, los aliados políticos de quienes han manejado el poder durante siglos, en perjuicio de un alto porcentaje de los ciudadanos que se han preparado en universidades, esperando la oportunidad de servir. Al Congreso y por consiguiente al alto gobierno, a través de su apoyo, deben llegar nuevos talentos que se encuentran a la espera de una oportunidad para empezar a construir la nueva Colombia que todos soñamos. Nuestra capacidad de reaccionar parece dormida, seguimos viendo pasar los años y generaciones enteras en medio de una pasividad emocional que pareciera que estuviésemos dormidos.
Mientras tanto el país sigue en manos de quienes por muchos años han usurpado el poder y se han dedicado a aumentar sus riquezas a costa del erario público, de manera egoísta y desconsiderada en medio de una exagerada codicia, desconocedora de la libertad, independencia y derecho de los compatriotas. En los dictadores es el autoritarismo ególatra el que domina sus mentes, y a los oprimidos la resignación y la apatía manifiestan la impotencia.
*Tomado del libro: Emociones en la sombre, Giraldo Jesús Helí, Amazon
JHGG
Bogotá, mayo 28 de 2021