Fundamentos básicos del bienestar emocional, que estamos llamados a asumir con responsabilidad a favor del equilibrio mental.
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Por Lenny Z Pito Bonilla PS – @CreaciónpsicologíaXXI
umplir el mandato divino de amarnos a sí mismos para amar a los demás, es el pilar que sostiene la autoestima, la que a su vez es columna vertebral de la dimensión psicológica. Fundamentos básicos del bienestar emocional, que estamos llamados a asumir con responsabilidad a favor del equilibrio mental, la satisfacción en todas las áreas de la vida y el establecimiento de relaciones interpersonales sanas. Todo se resume en tratarnos bien a nosotros mismos, tal como deseamos que los otros nos traten y como estamos llamados a tratar a los demás.
La Federación Mundial de la Salud Mental, propuso para este 2022 el lema: «Salud mental y bienestar, una prioridad global». Hoy los invito a tenerlo en cuenta, con la conciencia que Somos Uno y por tanto parte de la globalidad. Eso significa al final del día ocuparnos de nuestra alma y buscar permanecer bien en el eterno presente, a pesar de todas las dificultades o las tormentas en nuestro mundo interno y externo.
En medio de la incertidumbre que vivimos en la actualidad, a nivel individual y como humanidad, al sentir que todo lo que dábamos por sentado hasta hace poco, se ha trastocado o desbordando. Ante tantas pérdidas, dolor, tristeza o desesperanza. En medio de pensamientos, ideas y creencias limitantes que solo existen en nuestra mente o en una sociedad con tantos desequilibrios. Enfrentamos en el día a día una existencia impredecible y cargada de zozobra, que ha disparado la generación de emociones como la ansiedad, el miedo o la desesperación. Sin embargo, la pandemia, el confinamiento y todo lo que viene sucediendo, ha sido el gran laboratorio para experimentar y reconocer energías de baja vibración, pero al mismo tiempo desafíos como reemplantarnos la razón de ser de nuestra vida, el para qué nacimos y cómo concentrarnos en el aquí y el ahora, soltando un pasado que no nos permite avanzar y dejar de preocuparnos por un futuro tan incierto.
Comprendamos que nada de lo anterior nos determina, por eso no permitamos que arruine nuestra existencia y ensombrezca la verdadera esencia divina que nos constituye, en el recorrido como caminantes de esta vida humana.
Entonces ¿cómo encaminarnos por ese sendero en contra de todo pronóstico, que anuncia el desastre en nuestras vidas y el planeta? Para conectar con la evolución consciente, que de otro lado se está dando a manera de masa crítica y que sabemos triunfará. Los invito a dar un paso a la vez en la siguiente dirección:
- Respirar en forma consciente, conectando con el presente.
- Percibir el mundo con fe, que no es una emoción, sino un don del Espíritu, alimentador de la fortaleza interna.
- Pensar en forma constructiva, afirmativa y optimista, interpretando los sucesos como lecciones de vida y no enmarcándolos en el fatalismo y la desgracia, dejando el victimismo y asumiendo la actitud del eterno aprendiz.
- Comprender que todo en la existencia terrenal es temporal, fortuito y pasajero, por lo que el sufrimiento solo resta felicidad.
- Conservar siempre la confianza en: Dios, la sabiduría del Yo Soy y el poder del Universo, para resolver todo.
- Contrarrestar la turbulencia con la calma y el sosiego empoderadores.
- Hacer uso de la que tanto se habla, pero tan poco se practica, la inteligencia intrapersonal para manejar las emociones, gestionando y soltando. Y la interpersonal para establecer relaciones funcionales desmarcadas de los conflictos, las desilusiones y los traumas.
- Perdonar, olvidar y fluir pasando la página, recobrando la paz interior y beneficiando la salud física.
- Tomar entre nuestras manos el único timón que en realidad nos pertenece: El autocontrol de nuestra existencia.
- Compartir el camino de la vida con personas que estén en nuestro mismo nivel de vibración, conciencia y evolución.
- Desconectarnos durante periodos de tiempo, de la sobresaturación informativa o mejor desinformativa.
- Escuchar con atención a nuestro diálogo interno, reconociendo que él no es nuestro dueño y que dentro de la psique está el poder para dirigirlo. Tenemos derecho a sentirnos mal, pero también el deber de pensar bien, comunicarnos con asertividad y actuar siendo proactivos.
- Afrontar el estrés emocional cotidiano con alto sentido de humor, ese que tanto nos caracteriza a nivel mundial como colombianos.
- Inyectarnos sobredosis de amor incondicional, agradecimiento y felicidad.
- Disfrutar del espectáculo que ofrece la vida a cada instante, desarrollar resiliencia, reconocer el merecimiento para sí mismo y compartir con empatía.
En nuestro interior, al ser hijos del Creador, tenemos la misma materia sabia del bambú, la flexibilidad de la palmera y la fortaleza del roble. Comprenderlo nos permite aceptar nuestra vulnerabilidad mental, ocuparnos de ella, buscar apoyo profesional, mantenernos saludables, saber que todo tiene una razón de ser en el propósito superior. Un poderoso conjunto que nos lleva a ser mejores personas y a vivir en plenitud.