Piden diálogo “urgente”  para solucionar conflictos por tierras en el Cauca

Tras la ocupación de predios azucareros en Padilla, al norte del departamento, la Defensoría del Pueblo y el Gobierno electo llamaron al diálogo entre el gremio de la caña y las comunidades étnicas. De fondo hay conflictos históricos sobre la tenencia de la tierra.

Redacción El Nuevo Liberal

En la tarde del 23 de julio de este año, algunas personas invadieron predios para el procesamiento de caña de azúcar en el municipio de Padilla, al norte del Cauca, situación que ha reavivando viejos problemas de tierras y ocasionó altercados entre los trabajadores de los ingenios y  los quienes llegaron a tomarse los terrenos.

Ante la situación el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, hizo un llamado al gobierno y, en particular, al ministro del Interior, Daniel Palacios, para que se retomen las conversaciones en la mesa de diálogo instalada en Padilla (Cauca) desde el pasado mes de mayo. “La mesa de diálogo para el norte del Cauca es un espacio para concertar el trámite de los conflictos vinculados a la tierra, pues reconocemos que de allí se deriva el sustento de campesinos y comunidades afrodescendientes en estos territorios”, dijo Camargo.

La entidad hizo un llamado “urgente”, ya que uno de los propósitos de la mesa de diálogo es tramitar conflictos interétnicos, siendo este el espacio adecuado para abordar lo acontecido en el municipio de Padilla y para la gestión de los conflictos vinculados al territorio en el norte del Cauca, donde los problemas para el acceso a la tierra son un reclamo constante de las comunidades étnicas, que también se quejan de privilegios que se les otorgan a empresas del gremio azucarero.

Los ingenios azucareros están en el centro de la discusión, pues desde mediados de los años 60 los pobladores del norte del Cauca fueron presionados para vender sus terrenos. Imagen: Comunicaciones Cric.
En Colombia, los conflictos de tierras vinculados a la tenencia de esta, su distribución, uso, desuso, usurpación, protección y descuido han sido una constante desde las épocas de la colonia española. Imagen: Comunicaciones Cric.

 

 

 

 

 

 

 

Ante los inconvenientes recientes entre las comunidades del municipio de Padilla,por la ocupación de predios en la zona, se han convocado espacios de diálogo para la resolución de este conflicto. Otros sectores involucrados, como el campesinado, manifestaron su apoyo. Imagen: Coordinación Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano.

Un poco de contexto

En Colombia, los conflictos de tierras vinculados a la tenencia de esta, su distribución, uso, desuso, usurpación, protección y descuido han hecho parte de una enredada discusión que guarda más de 200 años de historia y cuya solución parece ser profundamente compleja.

El norte del Cauca es solo una de las muchas regiones del país donde los conflictos por la concentración de la propiedad se manifiestan con más fuerza, pues, según un estudio de la organización Oxfam, Colombia es el país más desigual en el acceso a la tierra de la región. Aquí el 80% de la tierra está en manos del 1% de grandes hacendados, empresarios y terratenientes.

Precisamente, en el norte del Cauca, la concentración de la tierra tiene raíces en las épocas de la Corona española, cuando se establecieron extensas haciendas para un selecto grupo de familias descendientes de españoles, Tal y como se explica en el segundo capítulo de la investigación de Consejo de Redacción “Tierras, la raíz del conflicto”.

Así mismo, a mediados de los años 60, cuando se empezaron a fundar los ingenios azucareros, hubo un cambio en el dominio de la tierra, pues los pobladores fueron presionados para vender sus terrenos. Algunos métodos como la inundación de predios o el bloqueo de caminos eran comunes.

De acuerdo con la investigación de Santiago Arboleda, “ El paso de hacienda a ingenio”, entre 1944 y 1960, en esa región, se efectuaron cerca de 500 transacciones, en su mayoría destinadas a la compra de suelos para la expansión de los ingenios azucareros. De esta manera las mejores tierras quedaron en manos de unos pocos, y gran parte de las comunidades indígenas y afrodescendientes que habitaban la zona tuvieron que desplazarse.

Esa es una de las principales razones de las disputas entre los dueños de los ingenios y los indígenas nasa, quienes vienen materializando un plan de vida histórico denominado “recuperación de la Madre Tierra”.

 ¿Primer diálogo regional de Colombia por la Paz?

El presidente electo, Gustavo Petro, también hizo un llamado al diálogo. A través de redes sociales, invitó a que el movimiento indígena, Asocaña y los movimientos sociales del norte del Cauca se sienten con su Gobierno —que se posesionará el próximo 7 de agosto— para iniciar “el primer diálogo regional de Colombia por la Paz”.

La invitación fue atendida por la Asociación del Sector Agroindustrial de la Caña (Asocaña), que en sus redes sociales aseguró estar lista para dialogar, y reconoció al norte del Cauca como una “región potencia para el país”; además, señaló estar dispuesta a trabajar por el desarrollo económico y social.

Por su parte, el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ofreció el espacio de Monterilla, en el municipio de Caldono, para que se inicie lo más pronto posible dicha conversación.

“Aunque el hecho que suscitó los anuncios del presidente Petro y de Asocaña no es una acción que tuviera que ver con comunidades indígenas, reconocemos que hay un conflicto por la tenencia de tierras en el norte y en otros municipios del Cauca, por eso estamos interesados en que se retomen los diálogos, las rutas y avances que hasta el momento se tienen en esa materia”,  afirmó el consejero Mauricio Capaz, quien resaltó la utilización, estigmatización y persecución contra las comunidades que mantienen las reclamaciones en el territorio.

Igualmente, el consejero mayor Ancizar Majin, indicó que: “la recuperación de la madre tierra es una acción histórica en razón de la estrechez territorial en épocas de la colonia, y hasta el momento no hay cumplimiento a los más de 1.300 acuerdos.  En ese sentido recibimos con buenos ojos la propuesta del gobierno, donde ofrecemos nuestro territorio de Monterilla, en Sath Tama Kiwe, Caldono, para iniciar el proceso”.

Otros sectores involucrados, como el campesinado nortecaucano, también han manifestado su apoyo y han reafirmado su “compromiso y disposición con el diálogo social, político y cultural frente al acceso, tenencia y uso de la tierra y el territorio”.