Por Franklyn Mosquera P. Twitter: @PissoFranklyn
El campus deportivo de la Universidad del Cauca, majestuoso y muy merecido escenario para la comunidad universitaria aporte para la ciudad en general, entre varias de las actividades programadas para su inauguración se tuvo un encuentro de futbol de jóvenes universitarios, que desde mi percepción y vagos conocimiento de la actividad, me sorprendió un jugador que sobresalía ante los demás, quien por su habilidad y buena fundamentación técnica se llevaba los comentarios de los presentes y ratificaba mi percepción, me preguntaba ¿qué será de tantos jóvenes de la comarca que desparraman talento no solo en el futbol sino en otras disciplinas deportivas y que se disipan en las distracciones de la vida y del ocio?.
Este desalentador panorama no es precisamente de nuestro tiempo, en los corrillos y conversaciones de la calle se escuchan voces de añoranza en donde se recuerdan viejas glorias locales quienes sobresalían por sus cualidades deportivas en el futbol, en el atletismo y en el ciclismo especialmente, sin embargo, la mayoría de ellos no descolló a nivel regional y mucho menos nacional, por diferentes razones, entre ellas al escaso apoyo institucional. Actualmente la expectativa sigue siendo la misma, con la diferencia que el contexto en el que se desenvuelven los niños y jóvenes con potencial deportivo en la ciudad, les ofrece alternativas mucho más seductoras en las cuales la mayoría de ellos cae, desviando su camino y por ende dejando su futuro deportivo; “el dinero fácil” está acechando en toda la ciudad producto de la cultura narco que poco a poco ha ido invadiendo cada comuna y barrio especialmente los más deprimidos.
Ingentes esfuerzos realizan los educadores deportivos y entrenadores, muchos de ellos empíricos que desde su vocación y amor al deporte intentan formarlos, otro poco hacen algunas escuelas y colegios creando programas de formación deportivas y en un mayor esfuerzo lo realizan muchos padres de familia que con dedicación en tiempo y recursos económicos intenta apoyar a sus hijos quienes ven en ellos unas promisorias figuras deportivas con la esperanza de urdir un mejor futuro para ellos y sus familias, siendo conscientes que desde el deporte se puede aportar en la construcción de mejores seres humanos y una mejor sociedad, esta lucha incesante, silenciosa, a veces individual o con esfuerzos aislados aunque son útiles, siguen siendo coyunturales e inertes en la generación de una verdadera estructura deportiva en la ciudad.
Va siendo hora que la dirigencia deportiva nacional y local, la endeble clase empresarial payanesa en articulación con el gobierno de turno, generen estrategias que permitan configurar un ecosistema deportivo soportado en organizaciones enfocadas en su misionalidad para la cual fueron creadas, es inverosímil que los pocos escenarios deportivos existentes en la ciudad se estén desmoronando por la falta de mantenimiento, que no existan ligas conformadas en la ciudad para la mayoría de disciplinas deportivas o en su defecto estas no estén activas, que las juntas de acción comunal no sean dotadas con capacidad para administrar sus propios escenarios deportivos y que el misérrimo presupuesto destinado para el deporte se destine a la contratación muchas veces de burocracia, dejando a un lado las acciones dinamizadoras de la actividad deportiva.
En este gobierno que acaba de iniciar, están puestas las esperanzas de generar procesos de cambio con miras a que el deporte realmente genere impacto en la construcción de una sociedad mejor, al menos las más alta dignidad que goza la administración deportiva como lo es el ministerio del deporte, esta encabeza de una deportista, quien conoce de cerca la realidad del deporte nacional al ser la primera medallista olímpica de nuestro país, eso ya es un paso importante para avanzar, solo resta que a nivel municipal se tenga una dirigencia con vocación de servicio y liderazgo, de lo cual hoy se carece.